INTRODUCCIÓN
Al igual que la atención, la inhibición no es un constructo unitario y puede manifestarse a través de un conjunto heterogéneo de fenómenos que vamos a explicar. En conclusión, «el cerebro utiliza los mecanismos inhibitorios para garantizar una adecuada coordinación entre las respuestas reflejas y las conductas voluntarias dirigidas a metas … estos procesos inhibitorios sirven para que nuestra experiencia del mundo sea coherente, garantizando la flexibilidad y eficiencia de la conducta» (Rafal y Henik, 1994, pg. 43). Por lo tanto, dado que los procesos inhibitorios constituyen una parte esencial de la conducta, su comprensión es relevante no solamente para afrontar cuestiones vinculadas con el control o con la automaticidad de los comportamientos, sino también para entender cuestiones básicas del procesamiento de la información.
TIPOS DE INHIBICIÓN
En psicología, el término «inhibición» se emplea siempre que la emisión de una conducta disminuye como consecuencia de manipular algún aspecto de la tarea. Por ejemplo, dejar de reclamar cuando un docente es negligente o directamente incompetente conlleva algún tipo de inhibición.
Inhibición neurológica que contrarresta la activación
Desde una perspectiva neurológica, la inhibición puede entenderse como una reducción del nivel de activación de las neuronas. Este tipo de inhibición neurológica es el resultado de la interconexión de las redes neuronales y no supone un esfuerzo consciente (aunque puede verse afectada desde el plano consciente).
Un tipo de inhibición neurológica habitual tiene que ver con la supresión de ciertas respuestas reflejas, de manera que una lesión en las áreas corticales responsables de la misma conllevará , de nuevo, la aparición de reflejos que no se veían desde la infancia. Por ejemplo, el reflejo de succión que exhiben los bebés puede reaparecer en personas ancianas afectadas por la enfermedad de Alzheimer, debido a un deterioro en las zonas corticales que lo inhiben. Estas observaciones indican que el mecanismo cortical responsable de inhibir los reflejos puede depender de circuitos neuronales distintos de aquellos otros responsables del control atencional encargado de la conducta activada en curso (Rafal y Henik, 1994).
Inhibición reactiva
La inhibición reactiva es un efecto colateral producido por un proceso cognitivo en curso que se ha iniciado deliberadamente.
Inhibición conductual
En la investigación experimental no siempre es posible (ni necesario) describir cómo surge la inhibición o cómo ejerce sus efectos. En ocasiones, el término inhibición se utiliza simplemente de forma descriptiva, desde una perspectiva meramente conductual.
INHIBICIÓN DE LA INFORMACIÓN IRRELEVANTE
La investigación sobre atención selectiva está repleta de paradigmas en los que la información irrelevante debe ignorarse y la relevante atenderse.
El efecto Stroop
El efecto Stroop tradicional alude a la interferencia que ejerce el significado de las palabras durante la denominación de los colores con los que aparecen impresas (Stroop, 1935/ 1992). En esta tarea se solicita nombrar el color de la tinta con la que se han impreso una serie de palabras. Los resultados demuestran que el desempeño es muy complicado si existe una incongruencia entre el color de la tinta y el nombre denotado por la palabra. En definitiva, diremos que se manifiesta un «efecto Stroop» cuando el rendimiento en la condición incongruente es peor (mayores tiempos de respuesta y más errores) que el obtenido en la condición congruente o en la neutra.
¿A qué es debido el efecto Stroop? La explicación más habitual del Stroop clásico sostiene que la lectura de una palabra es un proceso altamente automatizado, que no se puede inhibir, y por ello interfiere sobre otra tarea diferente como es nombrar el color. Pese a lo popular de esta explicación , algunos investigadores matizan que el efecto Stroop no siempre conlleva necesariamente la actuación de una forma pura de procesamiento automático, en el que las palabras expuestas son procesadas en su totalidad. Por ejemplo, se ha descubierto que si sólo se colorea una única letra, el nombrado del color se ve mucho menos afectado que cuando se colorea toda la palabra (Besner, Stolz y Boutilier, 1997). En estos casos, si se produjera siempre un procesamiento automático completo de la palabra, la magnitud del efecto Stroop debiera ser parejo en ambas condiciones. Sin embargo no es el caso, pues la exigencia de focalizar la atención en una única letra evita, hasta cierto punto, la lectura automática de la palabra al completo.
El efecto Simon
Al igual que el efecto Stroop, el efecto Simon es debido a la dificultad que tienen las personas para ignorar la información irrelevante (en este caso su posición espacial). En una tarea Simon, el efecto se debe principalmente a la interferencia que aparece cuando la posición del estímulo y la respuesta asignada no se corresponden.
Explicaciones del efecto Simon. Una de las primeras explicaciones del efecto sostuvo que el sujeto exhibe una tendencia natural a responder hacia la dirección de aparición del estímulo, de tal forma que la ejecución es peor si el estímulo que allí aparece exige una respuesta contraria (Simon y Small, 1969). Sin embargo, experimentos posteriores demostraron que el efecto sigue manifestándose incluso cuando ambas localizaciones se presentan en el mismo lado respecto al punto de fijación (p. ej: ambas en el hemicampo derecho, disponiéndose una de ellas un poco más a la derecha que la otra). Otra explicación alternativa admite que el efecto se debe a la generación automática de códigos espaciales que entran en conflicto (Hommel, 1993; Nicoletti y Umilta, 1989). Sus defensores proponen que la posición en la que aparece el estímulo genera automáticamente un código espacial y, a su vez, la respuesta asignada al estímulo también es codificada en términos espaciales. En los ensayos incongruentes (en los que el código de la posición es contrario al código de respuesta) se producirá una competencia entre dos códigos incompatibles que será la responsable del enlentecimiento de la respuesta.
En conclusión, el hecho de que el efecto Simon sea de mayor magnitud cuando se emiten las respuestas con relativa rapidez sugiere que puede depender de un código espacial generado automáticamente, que se mantiene activo durante un breve periodo. A su vez, el efecto Simon inverso demuestra, por añadidura, que es posible obtener el efecto con respuestas emitidas más lentamente, lo que demuestra la posible participación de procesos intencionales de recodificación lógica bajo control del sujeto (De Jong, Liang y Lauber, 1994).
La selección de respuesta en la explicación de los efectos de compatibilidad espacial
Si recurrimos al modelo general de procesamiento, debemos concluir que el efecto Stroop y el efecto Simon tienen su origen en el estadio de selección de respuesta. En ambos tipos de tareas, tanto la dimensión relevante como la irrelevante son procesadas en paralelo. Este procesamiento genera un código de respuesta para cada una de ellas. Cuando el código de respuesta correspondiente a la dimensión irrelevante (p. ej.: el significado de la palabra) es diferente del código de respuesta de la relevante (p. ej.: el color de su tinta) el primero se debe suprimir (o debe decaer) antes de seleccionar la respuesta correcta a partir del segundo. Dado que esta supresión o inhibición es dificultosa, la dimensión irrelevante interfiere durante la selección de la respuesta relevante.
Tanto la dimensión relevante como la irrelevante se procesan a la vez, en paralelo, y compiten por acceder a un canal central de capacidad limitada (cuello de botella o bottleneck) encargado de seleccionar la respuesta. La primera dimensión que se procese completamente accederá por adelantado a dicho canal central. En consecuencia, la interferencia aparecerá siempre que la información de la dimensión irrelevante acceda a este cuello de botella antes de que lo haga la información de la dimensión relevante.
Debilidades de los modelos de competencia. Admitir que las dimensiones compiten entre sí (a modo de carrera) para conseguir activar su respuesta correspondiente es simple. Sin embargo, algunos datos apuntan a que estos modelos de competencia pueden exhibir debilidades. El principal problema al que se enfrentan es que, contrariamente a las predicciones, la interferencia ejercida por la dimensión irrelevante puede reducirse, e incluso a veces evitarse. Sabemos que en el Stroop espacial, si se atiende a la posición de la palabra el efecto no aparece con respuestas manuales (sí con vocales), y si se atiende al significado de la palabra el efecto no aparece con respuestas vocales (sí con manuales). Responder manualmente a la posición (presionar el botón del lado de aparición) o verbalmente al significado (leer en voz alta la palabra) son respuestas altamente compatibles en un plano ideomotor (Greenwald, 1972), pues en ambos casos el estímulo tiene gran correspondencia con la respuesta requerida. Desde las teorías de la «compatibilidad ideomotora» se argumenta que, si existe una alta compatibilidad entre el estímulo y su respuesta, la selección de esta última se realiza directamente, sin mediación cognitiva, evitando así tener que acceder al cuello de botella. Por lo tanto, cuando esto sucede, es muy improbable que aparezcan efectos de interferencia Stroop. Los beneficios de la compatibilidad ideomotora son problemáticos de explicar desde los modelos de competencia entre respuestas. Para estos modelos de competencia, si ante un modo de ejecutar la respuesta (manual o vocal) la dimensión irrelevante «gana la carrera» para acceder la primera al cuello de botella, debiera hacerlo igualmente con el modo de respuesta alternativo. Sin embargo, ya hemos visto que no es así, pues la existencia de una alta compatibilidad ideomotora entre estímulo y respuesta elimina el efecto Stroop debido a que, en estos casos, la dimensión irrelevante no es la ganadora.
Otros estudios han descubierto que el procesamiento automático de la lectura de la palabra no es el único factor que afecta al Stroop. Parece que una presentación rápida de los ensayos permite que los sujetos mantengan su atención más eficazmente focalizada en la tarea de nombrar la posición de las palabras, lo que inhibiría la lectura automática de las mismas y reduciría el efecto. Por el contrario, con ritmos más lentos de presentación de los estímulos, la focalización atencional sobre la posición empeoraría, pues el significado de la palabra comenzaría a procesarse y ejercería interferencia.
Conclusiones. Los hallazgos expuestos relativos a los efectos Stroop y Simon han sido sintetizados por algunos autores de la siguiente manera (Lu y Proctor, 1995):
- El hecho de que los efectos dependan de cómo se ejecute la respuesta sugiere que existen asociaciones ideomotoras, previamente establecidas entre dimensiones del estímulo y características de respuesta, y estas asociaciones difieren en magnitud.
- Los efectos espaciales emergen a partir de la codificación del espacio, aunque todavía se debate acerca de cómo se generan dichos códigos.
- La velocidad relativa con la que se procesan las dimensiones relevante e irrelevante puede influir en el efecto. Al parecer, los códigos espaciales tienden a decaer o disiparse antes en el tiempo, mientras que los efectos del procesamiento intencional (p. ej.: la recodificación lógica) tienen más duración.
- El hecho de manipular la ratio entre ensayos congruentes e incongruentes, así como modificar su velocidad de presentación, indica que los sujetos aplican estrategias atencionales arriba-abajo que pueden reducir el efecto Stroop.
El efecto de compatibilidad de los flancos
El efecto de compatibilidad de los flancos (ECF) es otro fenómeno que, de nuevo, demuestra la existencia de interferencia debida a nuestra dificultad para inhibir la información irrelevante. El paradigma experimental de los flancos fue desarrollado originalmente por Eriksen y Eriksen (1974), de ahí que en ocasiones se le conozca también como paradigma Eriksen. La tarea consiste en responder ante la letra central ignorando las letras que la flanquean.
En este paradigma, la respuesta asociada con el target se activa de forma simultánea con la respuesta asociada a los flancos. A pesar de que al sujeto se le insiste en que concentre su atención exclusivamente en la letra central, los flancos no pueden ignorarse y se procesan perceptivamente hasta el punto de ocasionar una preparación motora de su respuesta asociada (Gratton, Coles, Sirevaag y Eriksen, 1988; Heil et al., 2000). La interferencia surge a partir del conflicto existente entre las respuestas del target y la de los flancos, de tal manera que las letras incongruentes activan procesos de respuesta que deben suprimirse antes de activar adecuadamente la respuesta correcta asociada con el target.
El ECF es un fenómeno que pone en apuros a los modelos de la selección temprana, pues, a pesar de los potenciales efectos negativos que ejercen los flancos incompatibles dispuestos en posiciones irrelevantes, las personas no son capaces de ignorarlos cuando focalizan su atención en la letra central.
Factores que afectan al ECF. La única variable que parece ejercer una influencia consistente y sólida sobre el ECF es la separación espacial, ya que al incrementar la distancia entre el target y los flancos más allá de 1 grado de ángulo visual el efecto disminuye (Eriksen y Eriksen, 1974). El efecto también se reduce cuando el target y los flancos se hacen más diferentes fisicamente (p. ej.: presentando el target en un color y los distractores en otro). En definitiva, aunque la separación espacial es especialmente eficaz, cualquier factor que incremente la posibilidad de discriminar el target de los distractores puede reducir también el ECF.
Paradójicamente, al menos una investigadora ha demostrado que hacer la tarea de flancos más sencilla, en realidad, la vuelve más complicada, Lavie (1995) propuso la denominada hipótesis de la «carga perceptiva». Según esta autora, cuando la carga es baja (p. ej.: la presentación exhibe pocos ítems a los que atender) el procesamiento del target no precisa emplear todos los recursos de procesamiento disponibles, por lo que los flancos se procesarán involuntariamente al utilizar los recursos extra sobrantes y, en consecuencia, influirán sobre el target. Por el contrario, si la carga perceptiva es elevada, el target requerirá el máximo de recursos disponibles para poder seleccionarse, por lo que será improbable el procesamiento de los flancos y, por consiguiente, su influencia será menor.
INHIBICIÓN DE RETORNO
Sin embargo, por paradójico que resulte, los beneficios que genera el uso de una señal exógena válida al marcar una posición en el espacio pueden convertirse en inhibición y generar costes. Posner y Cohen (1984) demostraron, por primera vez, cómo podía enlentecerse la detección de un target si entre la aparición de la señal exógena que le precede y la aparición de dicho target transcurrían al menos 300 ms. Es decir, con una SOA entre la señal y el target de 300 ms o superior -y durante unos 3 segundos aproximadamente-, las respuestas ante targets que aparecen en posiciones previamente señalizadas suelen ser más lentas que las respuestas ante targets en posiciones no señalizadas. Este resultado indica que la capacidad de la señal exógena para capturar la atención tiene un ciclo de vida corto y conlleva un sesgo que evita que la atención regrese de inmediato a la zona señalizada. A este sesgo se le denomina «inhibición de retomo». Comparado con el control atencional endógeno, en el que las personas pueden dirigir voluntariamente su atención hacia posiciones previamente señalizadas y exploradas, al control exógeno pare ce acompañarle un proceso inhibitorio que impide que la atención vuelva a explorar de forma inmediata una zona previamente señalizada en las que no se detectó ningún estímulo relevante (Klein y Taylor, 1994).
Sabemos que cuando una señal dirige la atención hacia una región específica del espacio, se facilita la identificación de un target que aparezca en ese lugar concreto (Posner, Snyder y Davidson , 1980). Sabemos que las señales exógenas (o periféricas) atraen automáticamente la atención hacia la región en la que aparecen. Por su parte, las señales endógenas (o centrales) necesitan que el observador las interprete previamente para tener efectos sobre el desplazamiento atencional. Tanto señales exógenas como endógenas son eficaces para controlar y dirigir la atención.
Función de la inhibición de retorno
La función de la IR es la de garantizar una búsqueda visual eficiente en ambientes complejos. La IR es un fenómeno estrechamente relacionado con el movimiento ocular. La IR es útil para suprimir la distracción. Por ejemplo, la presencia de destellos o flashes que atraerían poderosamente nuestra atención pueden perder su eficacia gracias a que la IR nos permite evitarlos y dirigir, de esta manera, nuestro foco atencional hacia otras regiones que contengan estímulos novedosos.
Al contrario de lo que sucede en el laboratorio, en la vida real son pocas las situaciones en las que los objetos que exploramos se encuentran completamente inmóviles. En un intento de reproducir en laboratorio las condiciones de búsqueda dinámica de la vida real, algunos experimentos han utilizado estímulos en movimiento (Tipper, Driver y Weaver, 1991). En estos casos se ha descubierto que la IR también puede asociarse estrechamente con el objeto en movimiento. El etiquetado inhibitorio vinculado con un objeto que se desplaza es un importante mecanismo adaptativo que garantiza una búsqueda eficiente en situaciones dinámicas, como las de la vida real.
MARCADO VISUAL
El marcado es una operación puesta en marcha por el sujeto, que permite inhibir activamente las localizaciones ocupadas por los distractores preexpuestos ; de este modo dichas localizaciones son excluidas durante la búsqueda posterior del target y, en consecuencia, el efecto ejercido por el tamaño de la presentación se reduce (Watson y Humphreys, 1997, 1998, 2000).
Es importante tener en cuenta que, contrariamente a la IR, el marcado visual es un proceso arriba-abajo, bajo control del sujeto, que se aplica de forma flexible dependiendo de las metas o de la conducta requerida por la tarea, de ahí que no tenga nada que ver con el etiquetado inhibitorio de la IR. Al igual que en la IR, la inhibición debida al marcado visual se manifiesta también ante presentaciones dinámicas en las que los distractores se desplazan (Watson y Humphreys, 1998).
PRIMING NEGATIVO
El paradigma del »priming negativo» (PN) explora cómo evoluciona a lo largo del tiempo el hecho de haber inhibido un distractor con anterioridad.
El priming negativo se manifiesta en multitud de tareas. La versión más común de este paradigma requiere que los participantes respondan a la identidad de un target que está acompañado por uno o más distractores (priming negativo de identidad). Se dice que existe «priming negativo cuando identificar un ítem previamente ignorado es más lento que si se presentase por primera vez.
En la mayoría de experimentos de priming los estímulos utilizados han sido dibujos, símbolos o palabras que requieren emisión de respuestas relativamente simples. Sin embargo, algunos investigadores han ido más allá y han sugerido que la funcionalidad del PN podría ser la de facilitar las acciones dirigidas a metas.
Priming negativo vinculado al objeto
¿A qué es debida la inhibición responsable de los efectos de priming negativo: al objeto (su identidad -el qué-) o a su posición (el dónde)? Debido a que numerosos objetos del medio tienden a desplazarse, y a que la mayor parte de nuestras acciones motoras se realizan con el propósito de alcanzar y coger algo (p. ej.: capturar un balón, estrechar la mano de alguien o coger una taza de café), tiene sentido pensar que la inhibición generada por el PN podría estar vinculada al objeto, en lugar de (o además de) a su localización espacial. Tipper, Brehaut y Driver ( 1990) exploraron esta hipótesis analizando los efectos de PN de localización ante objetos estacionarios y en movimiento. Otros autores, no obstante, han demostrado que los efectos de PN pueden estar vinculados tanto con la identidad del objeto como con su localización.
Dificultad de la selección y magnitud del priming negativo
La magnitud del priming negativo se incrementa progresivamente conforme lo hace la dificultad para seleccionar el target (MacDonald, Joordens y Seergobin, 1999).
Lavie, ha defendido también que la dificultad de la selección afecta a la magnitud del priming. Descubrió que, conforme aumentaba la carga perceptiva, el efecto de PN disminuía progresivamente hasta desaparecer. Razonó que, en los ensayos prime, la selección del target en la condición de alta carga consumió los recursos destinados a inhibir a los distractores. Al no poder ser inhibidos, el PN fue inexistente en el ensayo probe. Cabe, no obstante, una explicación alternativa a estos resultados de Lavie. Podría ser, también, que en condiciones de alta carga la capacidad inhibitoria no disminuyera, sino que se tuviera que distribuir entre todos los distractores. Al tener que distribuirse entre mayor número de distractores, los efectos de PN serían de menor magnitud.
La hipótesis de la inhibición
Una primera explicación del priming negativo defiende que es el resultado de inhibir o suprimir la información del distractor en el ensayo prime, con objeto de facilitar la selección del target. La explicación del priming negativo por inhibición considera que los distractores son de hecho atendidos y, como tal exhiben, cierto nivel de activación.
Un hallazgo que debe ser considerado para responder a esta cuestión es el siguiente: un distractor ignorado en un ensayo prime puede llegar, a veces, a producir efectos de priming positivo (identificaciones más rápidas y precisas) si en el ensayo probe se presenta como target en solitario, sin ningún distractor que le acompañe (Moore, 1994).
A pesar de esta disfuncionalidad experimental, sí que parece existir una importante relación entre la capacidad para inhibir la información irrelevante y el priming negativo: las personas que son relativamente buenas ignorando la información irrelevante exhiben mayores efectos de priming negativo. A la inversa, los efectos de priming negativo son menores en colectivos con dificultades para inhibir la información distractora. Se han observado efectos reducidos de priming negativo en niños, entre ellos niños con TDAH, ancianos, pacientes obsesivos, personas que comunican alta incidencia de fallos cognitivos, pacientes esquizofrénicos , depresivos o con enfermedad de Alzheimer (Houghton y Tipper, 1994).
La hipótesis de la recuperación desde la memoria
Otros investigadores sostienen que no es apropiado entender el priming negativo como resultado de un proceso inhibitorio. En su lugar proponen una explicación del fenómeno basada en una recuperación de la información desde la memoria (Neill y Valdes, 1992).
A pesar de su plausibilidad, esta hipótesis no está exenta de dificultades, por lo que la mejor explicación del priming negativo es aquella que integrara la inhibición junto con la recuperación desde la memoria (Milliken, Tipper y Weaver, 1994).
RESPONDIENDO ANTE UNA SEÑAL DE STOP
Los procesos «stop» (detención o terminación) son especialmente interesantes, ya que son parte esencial del control cognitivo: «un proceso stop es un caso evidente de intervención ejecutiva; nos proporciona una oportunidad para contemplar los procesos ejecutivos en acción y explorar su naturaleza» (Logan, 1994, pg. 190).
Desde los modelos de competencia que ya conocemos, se defiende que la presentación de una señal de stop pone en marcha un proceso «stop» inhibitorio, que compite contra un proceso «go» excitatorio desencadenado por la tarea primaria. Ambos procesos (stop y go) operan independientemente. Si el proceso stop finaliza antes de que el procesamiento de la tarea primaria alcance un punto de no retomo entonces «gana la carrera» y la respuesta es inhibida.
Tiempos de parada: factores que le afectan
Al igual que cualquier otro proceso inhibitorio, el TR ante una señal stop depende de la edad. Los niños y los ancianos son más lentos para reaccionar ante una señal stop que los adultos jóvenes (Kramer et al., 1994; Ridderinkhof, Band y Logan, 1999). Resulta curioso que el tiempo empleado por los ancianos y los niños de seis a ocho años sea muy semejante entre sí, en tomo a los 300 ms. Estudiando la evolución progresiva de los tiempos se ha encontrado un decremento progresivo hasta la madurez: 305 ms para niños de 6-8 años, 234 ms para 10-12 años y 188 ms para universitarios con edad media de 22 años (Ridderinkhof et al, 1999).
Naturaleza del proceso stop
Sabemos, por lo expuesto en el modelo de competencia descrito anteriormente, que la ejecución de la respuesta (go) y la detención de la misma (stop) constituyen dos procesos diferentes, cada uno de ellos responsable de seleccionar y ejecutar su propia acción. A pesar de esta independencia, algunas manipulaciones pueden afectar al devenir de ambos procesos.
Se ha descubierto que el tiempo de detención de la respuesta (TR-stop) depende de si la tarea primaria requiere inhibir información incongruente.
Por otra parte, conforme al modelo de la competencia, aunque el proceso stop parece operar de forma independiente al proceso go de la tarea primaria, se ha descubierto que en algunas ocasiones puede afectarle (Logan, 1994). Así, en el paradigma de la señal stop se sabe que el TR obtenido en un ensayo se incrementa si el ensayo previo ha sido stop que si no lo ha sido. Esto indica que el proceso stop exhibe una especie de post-efecto inhibitorio residual , que perdura en el tiempo, y puede modular el proceso go del siguiente ensayo, enlenteciendo la respuesta (Rieger y Gauggel, 1999).
Fuente
- Johnson, A., Proctor, R. W., & Crespo León, A.Atención: Teoría y práctica (trad., adapt. y rev. ed.). Madrid
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