D E M O C R A T O P I A

Aplicaciones de la Psicología Social

Versión 3

INTRODUCCIÓN

¿Hace la psicología una contribución significativa a nuestras vidas? G.A. Miller, uno de los psicólogos más destacados de su generación, en el momento estelar de su nombramiento como presidente de la asociación de psicólogos más poderosa del mundo, habló de entregar la psicología a la gente en lugar de referirse a sus conocidas y premiadas investigaciones sobre cognición. El impacto de aquella alocución continúa vigente en la actualidad. Miller reconocía la amplitud y profundidad de los conocimientos psicológicos, los logros pasados y actuales de la psicología como ciencia. Precisamente por ello veía motivos que justificaban el planteamiento de esta exigencia a los psicólogos. De manera sintética, cabe destacar tres: escasa conciencia en la disciplina sobre su responsabilidad frente a la sociedad (responsabilidad social), falta de fluidez en la relación con los medios de comunicación, y falta de contacto con la gente (Zimbardo, 2004).

DOS EJEMPLOS DE APLICACIONES CON ÉXITO

Aprendizaje cooperativo

Una de las intervenciones más conocidas realizadas por psicólogos sociales y diseñada a partir del conocimiento psicosocial es la llamada técnica del rompecabezas. Desarrollada inicialmente por Aronson et al. (Aronson, 1978; Aronson y Osherow, 1980). Esta Técnica se continúe utilizando en la actualidad.

Esta técnica se elaboró en la década de los setenta del siglo XX, por primera vez, alumnos de distintas etnias pasaron a compartir las mismas aulas. La política estatal de desegregación perseguía la inclusión de los distintos grupos sociales y la superación de las diferencias existentes entre ellos. Al principio, el clima predominante en las aulas entre los grupos de alumnos era más bien de conflicto y hostilidad, en efecto, existía una atmósfera competitiva entre los grupos de alumnos.

¿Por qué la desegregación no generaba la esperada integración? La desegregación se basaba en la hipótesis psicosocial del contacto: » el contacto entre los miembros de diferentes grupos conduce a una reducción del conflicto intergrupal». La investigación psicosocial ha puesto de manifiesto que el contacto es imprescindible, pero no suficiente.

  • Los grupos en contacto tienen que ser de nivel parecido.
  • El contacto tiene que estar apoyado por las autoridades.
  • El contacto debe permitir que las personas de cada grupo interactúen individualmente con las de los otros grupos.
  • El contacto ha de llevarse a cabo en un clima de cooperación.

Aronson et al. optaron por la elaboración de una técnica capaz de promover la cooperación entre los miembros de los distintos grupos de alumnos, la técnica del rompecabezas. Esta técnica se aplicó en cierto número de aulas del instituto elegido durante 8 semanas, al final de las cuales se pudo comprobar la existencia de claras diferencias entre los alumnos de esas aulas y los de aulas equivalentes, en las cuales no se había utilizado. Se comprobó que en las primeras el prejuicio hacia las personas de otros grupos descendía, al igual que la estereotipia negativa, y que aumentaba la autoconfianza de los alumnos y se hacía más positiva la evaluación que estos hacían del instituto. Además, estos resultados se extendían al rendimiento académico, que mejoraba, sobre todo el de los estudiantes con notas más bajas.

¿Cómo funciona la técnica del rompecabezas?

Imagínese una clase de historia que se divide en pequeños grupos de 5 o 6 estudiantes cada uno. Imagine que su tarea es estudiar una lección sobre la segunda república española. En un grupo de rompecabezas, el primer estudiante tendría que investigar la caída de la monarquía, la proclamación de la república y la Constitución de 1931; el segundo se centraría en las distintas etapas marcadas por los diferentes gobiernos, comenzando por el provisional de 1931 y los que surgieron de las elecciones posteriores; el tercero estudiaría el contexto social y económico de ese período, dedicando especial atención al movimiento obrero y la actuación de las fuerzas de orden público; el cuarto resumiría las intentonas golpistas y las conspiraciones militares, y el quinto profundizaría en los intentos de Catalunya, Euskadi y Galiza por conseguir sus estatutos de autonomía.

  • Es esencial que cada una de estas partes del rompecabezas se asigne a un solo estudiante.
  • Es esencial que la parte asignada sea imprescindible para que se pueda llegar a la visión global del producto final (segunda república española) y a una comprensión adecuada de dicho producto.

La eficacia de la técnica depende de que los demás alumnos se den cuenta de que la parte que cada
uno de ellos tiene asignada es esencial para que todos puedan llegar a dominar la lección. Es importante que lleguen a aceptar que alumnos que la mayoría considera incompetentes o de baja capacidad van a aportar elementos imprescindibles para el aprendizaje de todos los miembros del grupo.

Diez pasos de la técnica de rompecabezas

  1. Se crea el grupo de rompecabezas. Se divide a los alumnos de un aula en grupos de 5 o 6. Se procura que los grupos difieran internamente en género, etnia y/o capacidad.
  2. Se elige a un estudiante de cada grupo como líder (si la elección es democrática, mejor).
  3. Se divide la lección que debe estudiarse en 5 o 6 partes.
  4. Se asigna a cada alumno una parte. Se tiene la precaución de que solo esa persona tenga acceso a la parte que se le ha asignado.
  5. Se da tiempo a los alumnos para leer su parte y familiarizarse con ella.
  6. Se crean los grupos de expertos. Son grupos temporales compuestos por los alumnos que tienen la misma parte asignada, pero que pertenecen a grupos de rompecabezas diferentes. El cometido de los grupos de expertos es discutir los puntos principales de la parte asignada y preparar las presentaciones que cada alumno va a hacer de su parte en su grupo de rompecabezas.
  7. Se recomponen los grupos de rompecabezas.
  8. Se procede a que cada alumno presente su parte al grupo. Se estimula la formulación de preguntas destinadas a aclarar las posibles dudas que surjan de la presentación de cada alumno.
  9. Se observa el proceso en todos los grupos y se trata de corregir cualquier situación problemática que se presente.
  10. Se pasa un test rápido de conocimiento al final de cada sesión.

Características de la técnica y efectos de su aplicación

La mejor forma que tiene un alumno de aprender la totalidad de la lección es atender a la presentación que hacen sus compañeros del grupo de rompecabezas. Con esto se consiguen dos objetivos.

  • Se logra que cada alumno se haga responsable de su aprendizaje.
  • Se logra que cada uno desarrolle interés por el trabajo de los demás ya que depende de sus presentaciones.

Desde una perspectiva psicosocial, la técnica modifica el escenario de aprendizaje en el aula con la introducción de una serie de aspectos novedosos. Para comenzar, reduce la categorización de partida ya que con la creación del grupo de rompecabezas deja de importar si la persona es chico, chica, trans, gay, blanco, negro, musulmán, cristiano, ateo, comunista, arribista, fascista, si ha tenido buenas o malas notas, entre otras diferencias que pueden existir en el punto de partida.

Beneficios principales se pueden evaluar desde el punto de vista personal y colectivo

Efectos Individuales:

  • Aumento de la autoestima.
  • Mejora del rendimiento.
  • Aumento de la empatía.
  • Aumento de las interacciones.

Efectos Grupales:

  • Disminución de la competitividad.
  • Aumento de la atracción hacia los otros.

Efectos Colectivos:

  • Mejora del clima del centro.

Bases teóricas y de investigación

  • Hipótesis del contacto.
  • Empatía como mecanismo reductor del prejuicio.
  • Metas compartidas por el grupo como impulso para la cooperación.

Aportaciones al conocimiento psicosocial

  • Contacto extendido.
  • Cooperación como elemento clave del proceso educativo.
  • Importancia de la interacción positiva como elemento mediador entre el planteamiento macro (desegregación institucional) y micro (efectos reales de la desegregación en el aula).


La clase de rompecabezas es una técnica de aprendizaje cooperativo que ya lleva más de tres décadas funcionando y con unos resultados educacionales muy positivos. «Por supuesto en España no es tan así, la la educación concertada quiebra el principio de igualdad, y puedes encontrar centros que segregan por sexo, por capacidad, y etc. El la educación publica, es habitual hacer trampa con el empadronamiento de los niños para evitar determinados colegios, lo que no deja de ser otra forma de segregación. Por lo general la mayoría de docentes son poco receptivos a cualquier propuesta de mejora que suponga trabajar más y que además no domina, si le hablas al tutor de tu hijo de aprendizaje cooperativo y le mencionas la técnica del rompecabezas, puede que le explote la cabeza o probablemente se ofenda». La vecina del quinto.

Creencias atributivas y salud

Las creencias pueden tener consecuencias funcionales importantes en la medida en que las personas se enfrentan y se adaptan a los acontecimientos que ocurren en la vida de cada persona. Taylor, Lichtman y Wood (1984) comprobaron que la gran mayoría de las mujeres de su estudio atribuían su cáncer de mama a alguna causa y que ello se asociaba con un mejor ajuste a la enfermedad (correlación ilusoria).

El comportamiento de salud y enfermedad es uno de los principales objetos de estudio del psicólogo social en el ámbito de la salud. Cada vez es más evidente que el comportamiento, los hábitos y, en general, el estilo de vida son aspectos claramente asociados con el riesgo para la salud, la etiología de la enfermedad
y debe tratarse con las estrategias y formas de intervenir en la salud.

Hipertensión arterial y adhesión al tratamiento

La hipertensión arterial es un factor de riesgo que es necesario controlar y prevenir ya en jóvenes y adolescentes para evitar el aumento de enfermedades cardiológicas, renales y neurológicas. Cuando ya se presenta este problema, es necesario modificar el estilo de vida y actuar sobre los aspectos psicosociales que subyacen al desarrollo de los tratamientos.

La falta de adhesión esta considerada en la actualidad un obstáculo fundamental para la eficacia de la asistencia sanitaria. Entre el 35% y el 45% de las personas diagnosticadas incumplen el tratamiento médico. Esto representa un gran problema de salud y también económico. Si no mejora el control de este factor de riesgo, las enfermedades cardiológicas, renales y neurológicas se incrementarían sustancialmente , así como el gasto sanitario. «En un sistema capitalista, supone un enorme negocio, a medida que se denigra la sanidad publica, aumenta el negocio de la sanidad privada. Si crees que un seguro de 30€ al mes te va a curar una enfermedad grave, estas muy equivocado» El vecino de arriba.

Es necesario la prevención mediante la modificación del estilo de vida a edades tempranas (incluyendo la infancia y la adolescencia) y la intervención de los determinantes psicosociales que subyacen al desarrollo óptimo de los tratamientos antihipertensivos.

Un estudio sobre la adhesión terapéutica desde la teoría de la atribución

¿por qué las personas afectadas no siguen las prescripciones médicas? ¿Qué tienen en común los enfermos que se adhieren al tratamiento, en cuanto a la forma de comprender y explicar la enfermedad, y qué los diferencia de los incumplidores? ¿tienen expectativas distintas respecto al trato que recibirán
de los profesionales sanitarios?

El trabajo de Nouvilas (1995, 1999, 2000 y 2003) estudia la toma de medicación como índice de adhesión terapéutica y analiza esta conducta desde las teorías de la atribución y las creencias de la salud.

Estudio de la adhesión terapéutica desde modelos sociocognitivos y procesos atributivos

Modelos sociocognitivos:

  • Modelo de creencias de la salud de Rosenstock (1966 y 1974), que incluye el locus de control de salud.
  • Modelo atributivo de King (1982 y 1983), que incluye las creencias y las relaciona con la información atribucional y con las explicaciones causales de la enfermedad.
  • Modelo del sentido común de la amenaza para la salud (Leventhal, 1970; Leventhal, Brissette y Leventhal, 2003), que incluye la representación de la enfermedad.

Procesos atributivos:

• Sesgos atributivos.
• Error fundamental de atribución.
• Efecto de actor-observador.

El punto de partida del estudio es la consideración de la adhesión terapéutica como algo que se genera en la relación de los profesionales sanitarios con los usuarios o enfermos, en concreto, en la forma en que cada uno de ellos entiende y explica el comportamiento de adhesión, en otras creencias respecto a la enfermedad por el paciente y en las expectativas que cada uno de ellos tiene respecto al comportamiento del otro en el encuentro terapéutico.

Instrumentos utilizados en el estudio de la adhesión terapéutica desde modelos sociocognitivos y procesos atributivos

Medición de creencias y procesos atributivos:

  • Cuestionario de atribución y creencias de salud.
  • Multidlmensional Health Locus of Control Scales.
  • Cuestionario del rol del profesional sanitario.

Medición del comportamiento de enfermedad:

  • Medida combinada de autoinforme (adaptación del test de Morinsky-Green) + resultados terapéuticos (control o disminución de presión arterial de 20/10 mmHg PS/PD) en un período mínimo de 6 meses de tratamiento.
  • Se realizó un seguimiento de 1 año de los pacientes. (Contestaban el cuestionario pacientes diagnosticados de hipertensión arterial esencial y profesionales que atendían a estos pacientes: médicos y enfermeras).

En este estudio se obtienen las perspectivas de enfermos y profesionales en las atribuciones a la adhesión terapéutica para desarrollar unas pautas de intervención. Se utilizaron como factores predictivos las creencias de los enfermos. Las perspectivas de los profesionales sanitarios ayudaron a intentar aproximarlas a las de los enfermos en la propuesta de una intervención. También se introduce como factor predictivo de la adhesión terapéutica el comportamiento de los profesionales sanitarios percibido por los enfermos, como expectativas de rol que los enfermos tienen de ellos (Nouvilas, 2000). El objetivo del trabajo es identificar las atribuciones, las creencias, la representación de la enfermedad de las personas con hipertensión, las explicaciones que tanto estos como los profesionales sanitarios dan de la adhesión terapéutica, así como sus expectativas respecto al rol del profesional sanitario (buen médico).

hipótesis fundamentales que guiaron la investigación:

  • Primera hipótesis. Habría una perspectiva distinta entre enfermos y profesionales sanitarios a la hora de explicar la adhesión terapéutica (esta hipótesis recoge el efecto actor-observador):
    • los primeros tenderían a hacer atribuciones externas mientras que
    • los profesionales sanitarios (médicos y enfermeras) mantendrían atribuciones internas de la conducta de cumplimiento (King, 1983).
  • Segunda hipótesis. Proponía que la perspectiva del enfermo, es decir, sus creencias y atribuciones de la enfermedad, y de la adhesión terapéutica serían importantes factores predictivos psicosociales del comportamiento de adhesión. En concreto, como se extrae de los modelos de referencia, los factores predictivos del comportamiento de enfermedad serían los siguientes:
    • Las explicaciones que los enfermos daban de la hipertensión se relacionarían con la adhesión.
    • La percepción de seriedad de la enfermedad y de la vulnerabilidad hacia ella se relacionaría con la adhesión.
    • Los enfermos que identificaran los síntomas de hipertensión y que tuvieran la expectativa de que el tratamiento iba a reducir la presión arterial y reducir sus síntomas serían más cumplidores que los que no identificaran los síntomas ni tuvieran esta expectativa.
    • Los hipertensos con un locus de control interno serían mejor cumplidores que los que tuvieran un locus de control externo.
  • Tercera hipótesis. Se considera que el rol de médico percibido por el paciente puede asociarse con la adhesión terapéutica, por lo que cabe esperar diferencias en las expectativas respecto al comportamiento de los médicos entre los pacientes cumplidores y los incumplidores, y se consideran variables predictivas.

Instrumentos utilizados para contrastar dichas hipótesis

  • Medición de creencias y procesos atributivos
    • Cuestionario de atribución y creencias de salud.
    • Multidlmensional Health Locus of Control Scales.
    • Cuestionario del rol del profesional sanitario.
  • Medición del comportamiento de enfermedad
    • Medida combinada de autoinforme (adaptación del test de Morinsky-Green) + resultados terapéuticos (control o disminución de presión arterial de 20/10 mmHg PS/PD) en un período mínimo de 6 meses de tratamiento.
    • Se realizó un seguimiento de 1 año de los pacientes. (Contestaban el cuestionario pacientes diagnosticados de hipertensión arterial esencial y profesionales que atendían a estos pacientes: médicos y enfermeras).

Respecto a la primera hipótesis, los resultados obtenidos no permitieron afirmar la existencia de un sesgo entre actor y observador. Los sanitarios argumentaron centrándose en la información y estrategias que ellos mismos proporcionaban a los pacientes para adaptar el tratamiento a su vida diaria. Por su parte, los enfermos aludieron al grado de mentalización, miedo a la enfermedad y aspectos de la vida diaria que interferían con el tratamiento (hábitos dietéticos y relaciones sociales).
Respecto a la segunda hipótesis, tras un análisis discriminante que demostró la significación de la diferencia entre grupos, se procedió a dividir la muestra de pacientes cumplidores e incumplidores para obtener los aspectos psicosociales predictivos del cumplimiento. Los resultados se presentan
en la siguiente tabla.

Aspectos psicosociales predictores del cumplimiento (hipótesis segunda)

VariablesCumplidoresIncumplidores
AdhesiónSinceridad de los profesionales
sanitarios
Explicaciones de los profesionales
sanitarios sobre la enfermedad, pruebas y tratamiento
Falta de adhesiónDificultad para establecer
hábitos de salud
Falta de conciencia de la enfermedad,
retraso en la realización de las pruebas,
efectos adversos del tratamiento
farmacológico, cambios dietéticos
y de rutina que impone el tratamiento
Representación
de la enfermedad
Hipertensión como enfermedad
crónica
Hipertensión como enfermedad aguda
Interpretación
de los síntomas
Tienen relación
con el tratamiento
———–
Causa de la
hipertensión
GenéticaCambios de humor
Locus de control
de salud
——–Externo


Respecto a la tercera hipótesis, mediante otro análisis discriminante, se encontró que los enfermos cumplidores entienden su comportamiento relacionado, fundamentalmente, con la sinceridad de los profesionales sanitarios; esperan que les adviertan de los riesgos de incumplir sus recomendaciones;
expresan, como el mayor problema para adherirse al tratamiento. Los resultados se presentan
en la siguiente tabla.

Percepción del buen médico como factor predictivo del cumplimiento (hipótesis tercera)

VariablesCumplidoresIncumplidores
Rol percibido
del buen médico
Advierta sobre el riesgo
de no seguir el tratamiento
Proporcione información al enfermo
sobre su problema y su tratamiento
Rol percibido
del buen médico
Estudie detenidamente
al enfermo
Anime al enfermo
Rol percibido
del buen médico
Tenga un trato humano
y agradable con el enfermo
Tome decisiones sobre el tratamiento
Rol percibido
del buen médico
Proporcione apoyo psicológicoTenga preparación

Propuesta de un programa de intervención

Objetivo general. Mejorar la adhesión terapéutica a los tratamientos de la hipertensión arterial.

Objetivos específicos.

Respecto a los profesionales

  • Dotar a los profesionales de las estrategias para identificar la perspectiva del enfermo de los principales facilitadores de la adhesión al tratamiento, así como de los obstáculos a los cuales se va a enfrentar el enfermo.
  • Entrenar a los profesionales en estrategias de comunicación e influencia orientadas a reforzar la adhesión al tratamiento de los enfermos.

Respecto a los enfermos

  • Enseñar estrategias que les permitan manejar los aspectos controlables de su enfermedad;
  • proporcionar los conocimientos relevantes del tratamiento, y entrenar en la detección de indicios de su evolución para reforzar la autorregulación y el control de sus comportamientos de salud.
  • Facilitar la concienciación y aceptación de la enfermedad y de sus riesgos al aumentar la percepción de vulnerabilidad.
  • Mejorar sus habilidades para establecer los cambios de rutina y las relaciones sociales que afectan el seguimiento de los consejos dietéticos del tratamiento.
  • Trabajar sus expectativas al favorecer la percepción del enfermo de un control interno sobre su salud y evitar que genere un control externo.
MóduloContenidoEstrategia
Habilidades sociales:
• Profesionales sanitarios
• Personas con hipertensión
• Comunicación de información
• Comunicación empática
• Influencia y negociación
• Escucha activa y motivación
• Autorrevelación
• Petición de información
• Asertividad
• Role-playing
• Modelado
• Instrucciones
• Feed-back
• Premios
Atribución y creencias:
• Personas con hipertensión
• Control interiorizado
• Irracionalidad de las creencias
• Barreras
• Vulnerabilidad
• Gravedad
• Claves para la acción
• Reatribución
• Educación
Autorregulación:
• Personas con hipertensión
• Dieta
• Ejercicio
• Educación


Participantes. Sería conveniente contar con un grupo control (de enfermos y sus respectivos responsables sanitarios). En caso de que no fuera posible contar con este segundo grupo, se podrían comparar los resultados del programa con aquéllos obtenidos en el propio centro de salud con un grupo comparable de pacientes tratados de hipertensión arterial o con datos de referencia obtenidos previamente (publicaciones científicas, datos empíricos publicados u otros). También puede utilizarse la línea base de los propios enfermos que van a participar en el programa antes de comenzar este.

Evaluación de la intervención. El programa incluye dos tipos de medidas.

  • Registros fisiológicos y autoinformes de adhesión. De esta forma se podrá evaluar el grado de adhesión al tratamiento.
  • Medidas de las variables psicosociales. Los resultados obtenidos se asocian con los procesos sociocognitivos que guiaron la formulación del programa.

Las medidas deben tomarse en tres momentos distintos del desarrollo del programa (antes, durante y transcurrido un período determinado desde la finalización del programa). La evaluación de la adhesión al tratamiento pasa por constatar que el grado de adhesión alcanzado con este programa de intervención
es superior al alcanzado en el grupo control y/o respecto al éxito obtenido con tratamientos alternativos.

Como medida complementaria, sería conveniente analizar la evolución de la adherencia a medio y largo plazo, comparar los autoinformes y registros físicos obtenidos por el grupo de participantes en distintos momentos del desarrollo del programa (medidas iniciales, a los 6 meses y 1 año después de haber finalizado el tratamiento).

Características del programa de intervención y efectos de su aplicación. El programa de intervención propuesto se caracteriza por su enfoque psicosocial. En su diseño se tienen en cuenta las aportaciones teóricas y empíricas derivadas de la investigación aplicada, y permite la evaluación de su eficacia. Este programa se basa en la idea de que las relaciones que se establecen entre los profesionales de la salud y los enfermos predicen la adhesión al tratamiento. Esta idea implica, que mejorar la capacidad de los profesionales de la salud para comprender la perspectiva del paciente y mejorar sus habilidades de comunicación e influencia son aspectos cruciales del éxito terapéutico. Por el otro, también implica que dotar a los enfermos de una estructura atribucional, de creencias y conocimientos adecuados al proceso de su enfermedad es una herramienta indispensable para que el enfermo pueda desarrollar comportamientos de salud y para potenciar su capacidad de autorregulación de la enfermedad.

La eficacia del programa respecto a la adhesión al tratamiento no se debe, exclusivamente, al hecho de que los participantes (sobre todo, los enfermos) adquieran un conocimiento de los procesos psicosociales y las características de la propia enfermedad, sino al hecho de que proporciona a todos los implicados un marco común de conocimientos y habilidades que transforma las relaciones entre profesional y enfermo en una herramienta de intervención enfocada a lograr un objetivo común: aumentar la adhesión y, de esta forma, reducir uno de los principales obstáculos para lograr la eficacia del tratamiento.

HISTORIA DE LAS APLICACIONES EN PSICOLOGÍA SOCIAL

Enfoques sobre la historia de la psicología social aplicada

Morton Deutsch (1975), En la década de los sesenta del pasado siglo se apreciaba, dentro de la disciplina de la psicología social, una tendencia a exaltar los aspectos teóricos y metodológicos. Se constataba, a la vez, un descenso en el número de aplicaciones psicosociales. Atribuye esta situación a varias causas:

  • El deseo de muchos psicólogos sociales de demostrar en aquel momento que la psicología social era una ciencia de pleno derecho con el consiguiente énfasis en la experimentación.
  • Reducción del apoyo de universidades, centros de investigación y agencias de financiación a la investigación y el trabajo aplicado.

Morton Deutsch se muestra crítico hacia esta situación e intenta contribuir a su modificación con la publicación del primer manual de Psicología social aplicada, del cual fue coordinador (Deutsch y Hornstein, 1975).

Michael Argyle (1980), enumera las siguientes aplicaciones: intervenciones para eliminar actitudes raciales y prejuiciosas y para promover mejoras en la salud mental, formación de maestros en habilidades sociales, diseño ambiental.

HoggyVaughan (2010). Llega a dos conclusiones entrelazadas: la primera trata de que las aplicaciones psicosociales existen desde épocas muy tempranas. La segunda trata del hecho de que estas aplicaciones no eran algo marginal en la disciplina, algo subsidiario de los esfuerzos teóricos y de investigación, sino que representaban desarrollos que encerraban interés en y por sí mismos.

Un Enfoque reciente sobre la historia de las aplicaciones de la psicología social

Ross, Lepper y Ward (2010). Estos autores señalan que casi todas las empresas aplicadas en que se han embarcado los psicólogos sociales prestan atención a las tres grandes áreas de teorización e investigación
psicosocial:

  1. Procesos grupales: conformismo, favoritismo intragrupal, comparación entre rendimiento individual y grupal, cooperación y conflicto entre grupos.
  2. Actitudes, opiniones y creencias: origen y formación, funciones y dimensiones, estructura y forma en que se modifican y/o resisten a los cambios y modos en que influyen en la conducta.
  3. Percepción social y percepción del yo: todos los procesos que determinan las evaluaciones que hacen las personas sobre sí mismas y sobre los demás.

Junto a estos tres temas existen dos elementos transversales:

  • Significado e interpretación subjetiva: alude a la importancia de la definición que hace el actor de la situación.
  • Influencia interpersonal: presenta la capacidad de vincular los tres temas (procesos grupales, actitudes y percepción).
Período histórico
(década)
Teoría psicosocialFenómeno social relevante
1940Etnocentrismo
Agresión
Propaganda
Holocausto y segunda guerra mundial
1950Prejuicio
Racismo
Identidad
Lucha por los derechos civiles
1960Obediencia
Influencia minoritaria
Guerra de Vietnam y mayo del 68
1970El yoGeneración mí
1980Psicología positivaCríticas al exceso de atención al yo
1990Psicología cultural
Colectivismo
Despegue económico en los países
del sudeste asiático

Agenda de la psicología social en EEUU , como resultado de la interacción entre teoría e investigación psicosocial y los fenómenos relevantes en cada período histórico. Adaptado de Ross, Leppery Ward (2010, págs. 13-14).

Ross et al. (2010) aportan tres ideas de interés para comprender las aplicaciones de la psicología social desde la perspectiva histórica: importancia de la evaluación, aplicabilidad de la investigación de laboratorio y la lección fundamental que cabe extraer de la historia de las aplicaciones psicosociales.
Importancia de la evaluación

Importancia de la evaluación

Evaluar consiste, sencillamente, en averiguar si una intervención produjo realmente cambio en algún factor o proceso que lo necesitaba (en opinión de los diseñadores del programa) y, si ese cambio en el proceso se asocia con los resultados obtenidos.

Aplicabilidad de la investigación de laboratorio

Existe un amplio abanico de aplicaciones psicosociales surgidas directamente de la experimentación de laboratorio, por ejemplo:

  • Estereotipos.
  • Sesgos en la cognición de los espacios de gran escala.
  • Dimensión conductual. Importancia del habito.
  • Percepción de riesgo, sesgos cognitivos y conducción.
  • Percepción de riesgo y salud, Optimismo ilusorio y salud, y Atribución de los síntomas.
  • El papel de la comparación social en el bienestar.
  • Apoyo social para mejorar la adhesión al tratamiento.
  • Estrategias para la reducción del prejuicio.

Lección fundamental

Las aplicaciones psicosociales realizadas a lo largo de la historia de la disciplina permiten extraer una lección fundamental: los problemas individuales y colectivos de conducta desempeñan un papel protagonista en las cuestiones sociales más difíciles que preocupan a la sociedad.

Conducta como elemento esencial de las cuestiones sociales

Las múltiples experiencias de aplicaciones psicosociales tratan del papel central desempeñado por la conducta individual y colectiva en la dinámica de las cuestiones sociales de importancia. Se proponen dos ejemplos aportados por psicólogos influyentes.

  • Respecto al sida: se trata de un problema biológico y médico en su base, si bien con un componente social que resulta determinante:
    • Los contactos entre personas contribuyen a su propagación. Mal se podrá controlar, eliminar o reducir sin atender dicho componente. Algo similar se puede afirmar de muchos problemas de salud (Zimbardo, 2004).
  • Respecto a la salud: un grave problema que se ha detectado recientemente en el área de la salud es el de la insumisión o falta de adhesión a los tratamientos médicos por parte de los pacientes:
    • Los pacientes no siguen alrededor de la mitad de los regímenes de los médicos para el tratamiento o prevención de enfermedades (Cialdini, 1989, p. 329).

DEFINICIÓN Y PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS DE LA PSICOLOGÍA SOCIAL APLICADA

La psicología social aplicada es una disciplina orientada a promover mejoras en el ajuste emocional y social de las personas, en su salud física y en su rendimiento académico, laboral, deportivo (entre otros); en suma, a promover mejoras en su calidad de vida.

Schneider, Gruman y Coutts (2005, págs. 5-6)

El énfasis en la mejora de la calidad de vida es la característica central o nuclear del trabajo aplicado de los psicólogos sociales y es la prueba de que los intentos de aplicación del conocimiento psicosocial van mucho más allá de la búsqueda de solución a los problemas sociales. La actividad de la psicología social aplicada se solapa con la psicología social.

Características compartidas

Existe un conjunto de aspectos centrales para la psicología social que siempre han de estar presentes:

Principios guíaEl conocimiento de la disciplina se nutre de los estudios e investigaciones psicosociales y es la base de las aplicaciones
ContextoTodos los contextos de estudio, incluidos los aplicados, son capaces de generar conocimiento psicosocial válido
Relación entre teoría,
investigación
y aplicación
De la misma forma que la teoría y la investigación contribuyen de manera decisiva al trabajo aplicado del psicólogo social, este último también puede generar investigación propia y contribuir fructíferamente a impulsar la teoría y la investigación
Carácter del métodoSe recurre al método científico en el desarrollo de la teoría, la investigación y la aplicación

Según Steg y Rothengatter (2008, pp. 6-8) y Schneider, Gruman y Coutts (2005, p. 6).

Características específicas

Entre las características especificas de la Psicología social aplicada destaca su utilidad social, la posibilidad de que se plantee una aplicación a demanda, la forma de comunicar los resultados del trabajo aplicado y la propia viabilidad de la aplicación.

La utilidad social de la aplicación psicosocial es un requisito imprescindible. Por lo general se considera que la utilidad social hace referencia a la razón entre coste y efectividad del trabajo aplicado. Ello se traduce en la obligatoriedad de realizar una estimación cuantitativa de los costes en la fase de planificación del trabajo.

Aplicación a demanda significa que el trabajo aplicado se realiza habitualmente a petición de un cliente o agencia patrocinadora. La consecuencia fundamental es la exigencia de que se realice dentro de un período especificado. En el trabajo aplicado generalmente se dispone de escaso tiempo para pensar en el diseño del estudio y la realización del trabajo está sometida a limitaciones temporales.

La comunicación de resultados del trabajo aplicado tiene que ser clara y estar formulada en un lenguaje accesible, desprovisto de tecnicismos. Se orientará a la comprensión rápida por parte de las personas a las cuales está dirigida (en ocasiones, las mismas cuya mejora de la calidad de vida se persigue). Se permitirá a estas personas formular todas las dudas y cuestiones que la comunicación no haya podido despejar.

La viabilidad de la aplicación es un asunto importante que debe considerarse. La aplicación afecta de forma muy directa el conjunto de personas a las cuales está dirigida y a los patrocinadores o personas que la solicitan y demandan, por lo que hay que tener en cuenta sus puntos de vista y las limitaciones que imponen sobre la forma de llevar a cabo la aplicación.

MODELOS DE RELACIÓN ENTRE TEORÍA E INVESTIGACIÓN EN PSICOLOGÍA SOCIAL

Desde una perspectiva psicosocial, se relaciona el mundo de las aplicaciones con el trabajo teórico y de investigación que realizan los psicólogos sociales. Se han propuesto muchos modelos, pero en este caso
se expondrán los tres que han conseguido mayor difusión y aceptación dentro de la disciplina.

Modelo de la Investigación social deLewin

Kurt Lewin realizó decisivas aportaciones teóricas a la psicología de la motivación y a la psicología social, es más conocido, a pesar de ello, como el teórico práctico. ,De hecho, la psicología social debe a Lewin la creación de la llamada investigación-acción, un modelo de aplicación todavía influyente en la actualidad.

Investigación social, según Lewin

Lewin-Accion-investigacion-Y-Problemas-De-Las-Minorias

El punto de partida de Lewin es la creencia de que la investigación social, además de dedicarse al estudio de las leyes generales del comportamiento social, debe incluir diagnósticos de situaciones específicas (Lewin, 1946). Ello implica que una de las tareas de la ciencia social sea construir el conocimiento de la realidad cotidiana.

Ciclos de planificación, ejecución y reconocimiento (o evaluación)

Para actuar correctamente, señala Lewin, no basta con conocer las leyes generales. Hay que conocer también el carácter especifico de la situación presente. Ese conocimiento se obtiene mediante el diagnóstico o recogida científica de los datos relativos a estas situaciones. Existen muchas formas posibles de realizarlo. La más habitual es la encuesta, pero Lewin recomienda ir más allá y realizar estudios comparativos de la eficacia de diversas técnicas de cambio.

Cuando ya se conocen las leyes generales y el carácter de la situación presente, hay que pasar a la acción. Lewin propone una actuación ordenada que concreta en ciclos de planificación, ejecución y reconocimiento (o evaluación) que, a su vez, conforman la espiral de la acción.

Cada ciclo se desarrolla siguiendo estos pasos:

  • Planificación. Se traza el plan general. Es la base que guía la acción.
  • Ejecución de la acción
  • Reconocimiento o evaluación. Es necesario saber si la ejecución está siendo eficaz y si se está avanzando en la dirección correcta.

De esta forma se cierra un ciclo y se abre el siguiente, también compuesto por planificación, ejecución y reconocimiento, en una espiral que llevará a ciclos posteriores siempre con la idea de ir sentando las bases para futuras planificaciones

Modelo de la psicología social de ciclo completo de Cialdini

La psicología social de ciclo completo es un modelo elaborado por Cialdini (1980; 1989) para abordar la cuestión de las aplicaciones psicosociales. En él se parte de la contraposición entre la investigación experimental de laboratorio, predominante en la disciplina, y los sucesos de la vida cotidiana en que habitualmente están inmersas las personas. Cialdini es conocido internacionalmente por ser uno de los principales estudiosos de la psicología social de la persuasión. Sus estudios y sus publicaciones se consideran una de las matrices teórico-conceptuales más relevantes del sector, que desde entonces se ha dividido la investigación en los procesos cognitivos y las relaciones interpersonales de la persuasión

Una aproximación al contexto de la investigación experimental

… hay un problema …(este tipo de investigación) nos lleva(n) a capturar los fenómenos sin fijamos en la importancia que tienen en la ocurrencia natural de la conducta humana… si aceptamos que la tarea del psicólogo social es estudiar la conducta humana cotidiana, resulta extraño que apenas una parte significativa de la corriente actual en psicología social comience con la observación de dicha conducta cotidiana

Cialdini, 1989

Mantener a rajatabla la pauta de trabajo de la experimentación de laboratorio impide llevar a cabo la tarea aludida ya que dicha pauta consiste en comenzar la investigación desde alguna teoría psicosocial ya existente o desde alguna otra investigación experimental anterior.

Una nueva hoja de ruta

¿Cómo decidimos lo que vale la pena estudiar lo social? Cialdini (1989),responde que lo más aconsejable, es comenzar con la observación sistemática de los sucesos naturales fuertes y que ocurren regularmente a nuestro alrededor. Quizá podamos reducir el problema de la dudosa importancia ecológica de nuestros efectos derivados, comenzando con aquellos efectos que ya han mostrado por sí mismos que son potentes en el medio ambiente social natural.

Ciclo completo

Robert B. Cialdini no se limitó a proponer una nueva hoja de ruta, sino que la puso en práctica en muchos de sus trabajos. Se trata, en esencia, de una secuencia de actividades de investigación articuladas entre sí de forma que cada una de ellas se refiera a las demás y permita una apertura a una investigación en continuo avance y progreso.

  • Paso 1. Observación natural de fenómenos sociales de importancia.
  • Paso 2. Estudio de su naturaleza psicosocial y su generalidad.
  • Paso 3 .Observación natural de la validez de los resultados obtenidos.

Como es de esperar que estas nuevas observaciones naturales desvelen fenómenos similares, aunque con variaciones respecto a los últimos resultados, ello se va a traducir en la apertura de un nuevo ciclo.


La técnica del ciclo completo ha sido y es muy útil para el estudio y comprensión de un aspecto fundamental en la psicología política, como es la participación política.

Diferencia entre el Modelo de la Investigación-acción de Lewin y el Modelo de ciclo completo de Cialdini: «Se trata de dos modelos cíclicos, que parten del rechazo a la separación entre la investigación básica y la investigación aplicada y, se adivina en ellos la presencia de la preocupación por la calidad de vida. Ambos dan importancia a la metodología, pero Cialdini se centra en la metodología para elaborar un modelo basado en la combinación de la experimentación con el trabajo de campo. Lo que hace es llevar los hallazgos psicosociales a los contextos reales y ver cómo funcionan. Esa es su mayor aportación. Sin embargo, el modelo de investigación-acción de Lewin asocia la investigación al cambio social y es para lo que piensa que son útiles los hallazgos de la investigación. En general, busca más que Cialdini la utilidad social de los conocimientos. Aunque, nunca pierde de vista el contexto teórico de apoyo y respaldo de la planificación, ejecución y reconocimiento». Docente Encarna Nouvilas

Modelo de la psicología social aplicable de Mayo y LaFrance

El trabajo de Mayo y LaFrance (1980) se esfuerza por presentar un modelo de psicología social que denominan aplicable para dar a entender que no debería haber separación o distancia entre la experimentación y la aplicación. Proponen un modelo cíclico, como el de Cialdini, pero con algunas aportaciones específicas dignas de tenerse en cuenta.

Según estas autoras, hay tres grandes ejes:

  • La construcción del conocimiento. Presente en las aproximaciones de Lewin y de Cialdini.
  • La utilización e intervención. Presente en las aproximaciones de Lewin y de Cialdini.
  • La calidad de vida. Es algo que tanto en Lewin como en Cialdini estaba implícito. Estas autoras lo convierten en el auténtico motor de la psicología social aplicable.

Estas autoras acuñan un nuevo concepto, el de adaptadores (una serie de actividades que cabría considerar como complementarias de las tres preocupaciones centrales de la psicología social aplicable). Los adaptadores adquieren pleno sentido cuando se reflexiona sobre la forma de conectar entre sí la calidad de vida, la construcción del conocimiento y la utilización e intervención. Esa conexión no se produce de manera automática, sino más bien por una actuación orientada y deliberada del psicólogo social interesado en la aplicación.

La preocupación por la mejora de la calidad de vida estimulará dos actividades, la definición del problema y la elección del método apropiado, actividades que se consideran necesarias para abordar la construcción del conocimiento. Una vez que se ha construido el conocimiento necesario para la utilización e intervención, no es posible ponerla en marcha sin otras dos actividades:

  • Análisis del sistema concreto. Proporciona el conocimiento de la realidad local y cotidiana de las personas cuya calidad de vida se pretende mejorar.
  • Definición del rol o papel que va a desempeñar el psicólogo social. Apunta a la forma en que el psicólogo social se va a involucrar a la hora de intervenir, como asesor, experto, dinamizador, activista, entre otros.

Aunque el ciclo se cierra precisamente con la utilización e intervención, todavía es posible conectar esta con la mejora de la calidad de vida, para eso necesitamos evaluar e interpretar. De esa forma podemos conocer si hemos conseguido mejorar la calidad de vida.

Figura 7. Modelo de psicología social aplicable. Adaptado de Mayo y LaFrance (1980).

Estas autoras han puesto en primer plano la idea de la complejidad del mundo de las aplicaciones, han puesto de manifiesto el elevado grado de interdependencia de las operaciones y procedimientos a los cuales es preciso recurrir y la necesidad de atender de una manera primordial a la mejora de la calidad de vida de las personas. Por todo ello, el modelo de Mayo y LaFrance permanece como guía y orientación relevante en este ámbito.

«La aplicación de la psicología social es una tarea muy compleja. Estas autoras tratan de articular un modelo que, partiendo de la no diferenciación entre psicología social básica y aplicada, de cuenta de esta complejidad en su ejecución. Como se sigue en el texto, parten de tres ejes fundamentales (construcción del conocimiento, utilización e intervención y calidad de vida). En realidad, podemos entenderlas como tres fases que deben conectar entre ellas. Es para lo que, estas autoras, incluyen las tareas que denominan conectores. En realidad, se trata de unas actividades que permiten pasar de un eje al siguiente y volver al inicio. Queda bastante bien representado en la figura 7. Los adaptadores son actividades imprescindibles para desarrollar todo el proceso de aplicación. De manera que, siendo el primer objetivo o preocupación la necesidad de la mejora de la calidad de vida de determinado grupo o comunidad, los primeros pares de adaptadores o tareas que el psicólogo social debe realizar son la definición del problema y la elección de un método para abordarlo. Si se plantea elaborar un conocimiento adecuado de la situación y/o colectivo, debe plantearse la realización del siguiente par de conectores o actividades necesarias para ello: la definición del rol que va a jugar el psicólogo social en el caso y u análisis concreto del sistema en el que se quiere intervenir. Es decir, conocer, en realidad cuál es la situación de las personas a las que se quiere intervenir. Y, por último, si se va a intervenir utilizando todo el conocimiento elaborado en las fases y actividades anteriores, han de hacerse el tercer par de actividades o conectores: la evaluación de los resultados interpretando adecuadamente, si ha habido una mejora en la calidad de vida del colectivo o grupo sobre el que se ha intervenido. En definitiva, se trata de actividades que, aunque dicen que son complementarias, en realidad son necesarias para avanzar de una preocupación a otra y terminar el ciclo». Docente Encarna Nouvilas

LA PSICOLOGÍA SOCIAL EN LA CALIDAD DE VIDA Y EL BIENESTAR

La búsqueda del bienestar y la felicidad forma parte de la esencia del ser humano y está presente en los debates de los ideólogos de todas las épocas y sociedades humanas. Hay que señalar dos circunstancias recientes que han determinado la forma en que la psicología social está llegando al conjunto de la sociedad.

Institucionalización del desarrollo de la calidad de vida. Tiene su origen en el reconocimiento por parte de la ciudadanía de que el objetivo último del Estado y sus acciones es el desarrollo de condiciones sociales que permitan a los ciudadanos y colectivos construir su bienestar personal y el del conjunto de la sociedad.

Las ideas de libertad, igualdad y fraternidad aparecen por vez primera en el Libro VIII de Las Aventuras de Telémaco de François Fénelon (1699), y que se inscribe en una inicial literatura política crítica hacia el absolutismo en el final del reinado de Luis XIV.

El primer texto legal que hace referencia al bienestar en es la constitución norteamericana de 1787.

Nosotros, el Pueblo de los Estados Unidos, con el Fin de formar una Unión más perfecta, establecer la Justicia, garantizar la Tranquilidad nacional, atender a la defensa común, fomentar el Bienestar general y asegurar los Beneficios de la Libertad para nosotros mismos y para nuestra Posteridad, por la presente promulgamos y establecemos esta Constitución para los Estados Unidos de América.

CONSTITUCIÓN DE LOS ESTADOS UNIDOS 1787

Poco después, la revolución francesa nos deja uno de los textos legales más influyentes de la historia de la humanidad, la Declaración de los Derechos del hombre y del ciudadano, un documento que pretende la felicidad de todos. Después de la segunda guerra mundial se prueba otro texto legal fundamenta, La Declaración Universal de Derechos Humanos.

declaracio?n-derechos-humanos

La Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 es una pone al día la proclamación de los Derechos del hombre y del ciudadano de 1789. Y si conoces el mundo en el que vives y tus sesgos te lo permiten, te habrás dado cuenta que en 2020 el incumplimiento de muchos de los artículos de los derechos humanos esta normalizado por una porcentaje muy significativo de la población. ¿Cómo es posible? La respuesta la tienes en el preámbulo de la declaración de 1789 «… la ignorancia, el olvido o el menosprecio de los derechos del hombre son las únicas causas de las calamidades públicas y de la corrupción de los gobiernos«.

La declaración de la Naciones Unidas supone la aceptación de que la responsabilidad no es únicamente de de los gobernantes (y de los propios gobernados), es global y trascendía las fronteras políticas de los Estados. Este nuevo giro fue crucial para que la psicología social estuviera más presente en la sociedad. El concepto de calidad de vida adoptado por los gobernantes incorporó los aspectos subjetivos (también llamados no materiales) del constructo, es decir, se reconoció la dimensión psicosocial de la calidad de vida. Desde esta perspectiva, las aportaciones de la psicología social se convierten en parte esencial de las acciones que emprenden los Estados para alcanzar este objetivo y proporcionan herramientas para su evaluación (lo que explica el peso de los psicólogos sociales en los servicios sociales).

La calidad de vida como objetivo de estudio e intervención en la psicología social.
La segunda circunstancia que determina la forma en que la psicología social contribuye a la sociedad es el interés que la perspectiva psicosocial ha despertado en el estudio de la calidad de vida, dentro y fuera de la disciplina. Hay dos grandes corrientes que articulan este interés:

  • Movimiento de los indicadores sociales. Surge en la década de 1970 y aglutina investigadores interesados en medir la calidad de vida en diferentes sociedades, grupos y lugares. Hasta el momento, los principales esfuerzos de este movimiento se han dirigido a identificar las dimensiones que caracterizan la calidad de vida y a desarrollar indicadores sociales de calidad que permitan describir y comparar las realidades psicosociales en distintos lugares y tiempos, principalmente entre naciones.
  • El diseño y la aplicación de programas de intervención y el desarrollo de procedimientos de evaluación de su eficacia. Ejemplo de esta segunda corriente se encuentra ya en Fordyce, 1977, quien compara la eficacia de tres programas dirigidos a mejorar el bienestar; en Seligman, 1996, con su propuesta para mejorar la felicidad de los niños o, en España, con la creación del Portal de Mayores (http://www.imsersomayores.csic.es/index.html), desarrollado por el CSIC y el Imserso (Instituto de Mayores y Servicios Sociales) cuya finalidad es facilitar el intercambio de documentos científicos con planes y propuestas para mejorar la calidad de vida de las personas mayores.

Estas dos corrientes de estudio ponen de manifiesto que los aspectos psicosociales de la calidad de vida han dejado de ser un elemento implícito en las aplicaciones de la psicología y se han convertido en un nuevo campo de estudio científico crucial en el diseño y evaluación de gran número de acciones institucionales y de aplicaciones que se nutren de la psicología social.

Naturaleza del constructo calidad de vida

A pesar de no existir una definición unánime del constructo calidad de vida, es común que se estructure en torno a dos grandes componentes del bienestar: el bienestar material o del entorno (bienestar social), y el bienestar psicosocial.

Desde una perspectiva empírica, la medida del bienestar material se ha concretado en una serie de indicadores económicos observables y objetivos, como son el nivel de ingresos, el acceso a una vivienda de calidad o el acceso a la tecnología y una serie de indicadores de la calidad de los servicios que proporciona la comunidad, como son la educación, la atención médica, la cultura o los transportes. Más recientemente también se están considerando los bienes derivados de valores posmaterialistas (compatibles con el desarrollo humano), en función de la sostenibilidad, la autonomía y la participación social (p. ej., emisiones de CO2, tasas de criminalidad, nivel de corrupción, tiempo dedicado a actividades valoradas socialmente o no; tasas de alfabetización e igualdad de género; distribución de la riqueza, libertades políticas, derechos civiles, tasa de participación social y otros).

El segundo componente de la calidad de vida incluye las condiciones psicosociales, no observables directamente, y que se definen como las percepciones, evaluaciones y aspiraciones de las personas (Campbell, Converse y Rodgers, 1976). Las intervenciones y aplicaciones de la psicología social y de la psicología en general actúan sobre esta segunda dimensión aunque, sin duda, sus efectos también pueden incidir sobre los indicadores objetivos.

Salud y bienestar psicosocial. Dimensiones

El ámbito de la salud es uno de los dominios en que se ha desarrollado en mayor grado el estudio del bienestar psicosocial, y ha generado intervenciones muy diversas, tanto en el foco de atención como en
el dominio de análisis considerado. Estos trabajos se pueden agrupar en dos grandes corrientes:

  • Las que estudian el bienestar subjetivo. Tiene su origen en la corriente filosófica hedonista. Desde esta perspectiva se entiende el bienestar como placer o felicidad, se trata de experimentar el mayor número de vivencias positivas y minimizar la frecuencia de las negativas. La operativización del bienestar subjetivo incluye dos componentes.
    • Componente afectivo. Consiste en afectos positivos y negativos o en su balance (es decir, frecuencia de emociones positivas menos la frecuencia de las negativas).
    • Componente cognitivo. Mide la satisfacción vital percibida. Este componente cognitivo del bienestar subjetivo suele concretarse en un ítem único que captura el balance global de la propia vida y en diversos ítems que capturan la satisfacción en diferentes dominios de la vida (empleo, familia, matrimonio, relaciones personales, etc.).

Las que estudian el bienestar psicológico. Tiene su origen en la corriente filosófica eudaimónica. Desde esta perspectiva se considera que el bienestar consiste en el desarrollo del potencial humano, en la autorrealización entendida como el desarrollo de las capacidades, metas y aspiraciones. Operativamente, las facetas del bienestar psicológico se miden con una variedad de indicadores incorporados en el marco de distintos modelos de bienestar.

Viene de la Web de Gerry Velasco

… el Dr. Carmelo Vázquez (2010) de la Universidad Complutense en Madrid, comenta en su libro titulado “La Ciencia del Bienestar“, que el Hedonismo y el Eudaimonismo los componen diferentes elementos (ya describimos algunos), por ejemplo:

Hedonismo: 

  • Placer:  Se genera a través de la estimulación de los sentidos y nos hace sentir emociones positivas y satisfacción. Comer, estar con nuestra pareja o amigos, ir a un concierto u oler el aroma de las plantas, puede ser una forma de sentir placer.
  • Gozo: Se refiere a la extensión del placer, es prologar esa sensación agradable que estamos experimentando, por ejemplo; contemplar una puesta de sol sin distracciones, saborear la comida (masticarla lentamente), ponerle toda nuestra atención a una persona.
  • Emociones Positivas y Negativas (Balance Afectivo): Tener un balance de 3:1, es decir; por cada emoción negativa experimentar 3 positivas. Procurar cultivar emociones como la gratitud, la alegría, el interés, el amor, el orgullo, y evitar el enojo o la ira, el asco,  la tristeza, la angustia, entre otras.
  • Satisfacción Vital: Tener la sensación de que estamos bien en las áreas de nuestra vida, por ejemplo; pareja, con los hijos, en el trabajo. Sientes que tu vida tiene sentido.
  • Ausencia de angustia (Rose, 2016): Dedicarle un tiempo a los problemas o preocupaciones, evitar la rumia o los pensamientos pesimistas o catastróficos.
  • Relajación (Rose, 2016): Sensación de tranquilidad y de paz, disfrutar del aquí y ahora, a través de la practica de la meditación podemos liberar ciertos neurotransmisores (endorfinas, serotonina, entre otras) relacionados con  estados de felicidad y bienestar.
  • Deseos (Rose, 2016): Satisfacer una fuerte inclinación o gusto que nos proporciona un disfrute hacia algo especifico, puede ser un pasatiempo, una meta, relacionarse, entre otras cosas.
  • Necesidades físicas y emocionales (Rose, 2016): Saciar el hambre, la sed, la libido son algunas de las necesidades físicas, en cuanto a las emociones pueden ser; sentirse amado, pertenecer a un grupo, sentirse competente en algo.
  • Derechos (Rose, 2016): Son beneficios que una persona adquiere por pertenecer a un grupo o sociedad. Regularmente los derechos están encaminados a salvaguardar el bienestar y felicidad de la persona.

Eudaimonia:

  • Virtudes: Son rasgos de la personalidad positivos que se labran y manifiestan en temas situacionales. En la psicología Positiva existen 6 virtudes que se desglosan en 24 fortalezas de carácter.
  • Autorrealización: Cuando las personas alcanzan metas difíciles o de largo plazo y que a su vez tienen una sensación de autocontrol y satisfacción vital.
  • Crecimiento Psicológico: Este se da cuando una persona supera una situación difícil, adversas o estresante y sale fortalecido, por ejemplo, las personas que sufren un accidente y pierden una extremidad, en ocasiones dicen que es lo peor y lo mejor que pudo haberle ocurrido, pues superan limitaciones y miedos, y su personalidad se vuelve más compleja para bien.
  • Metas y Necesidades: Existen metas duras (difíciles de alcanzar) y de largo plazo que implica poner en juego nuestras habilidades, destrezas, conocimiento pero sobre todo la perseverancia. Este tipo de metas hacen que podamos desarrollarnos física o mentalmente, dependiendo de la meta alcanzar.
  • Propósito y Sentido de vida: Es un componente subjetivo donde la persona tiene una meta clara a largo plazo y al mismo tiempo tiene un fuerte significado para ella. Puede considerarse como una brújula que ayuda a guiar el comportamiento de una persona y enfocar su energía y atención.
  • Excelencia y Autenticidad (Rose, 2016):  Labúsqueda de la más alta calidad y estándares altos en el propio comportamiento, rendimiento, logros, y la ética.
  • Responsabilidades (Rose, 2016): Comportamientos enfocado a seguir cierto valores morales que ayudan a mantener el funcionamiento de una persona, grupo o sociedad. A veces implica realizar conductas que no generan algún tipo de placer, por ejemplo; un deportista que sigue un régimen alimenticio sano le ayudara a tener un mejor desempeño aunque implique aguantarse las ganas de comer alimentos insanos.
  • Esfuerzo (Rose, 2016): Ingrediente importante del éxito, implica realizar comportamientos que generen displacer o incomodidad (físico o mental) pero que son necesarios para alcanzar una meta u objetivo.
  • Crecimiento Personal (Huta, 2016): La autorrealización, el cumplimiento de las capacidades del individuo y de la consecución de objetivos personales; la búsqueda de retos; y madurar como ser humano

Modelos del bienestar y salud mental

La mayor parte de los modelos de bienestar son modelos que articulan el bienestar en el marco del funcionamiento psicológico y social saludable.

Modelo de salud mental positiva de Marie Jahoda

Marie Jahoda, 1958. Vincula la salud mental positiva con el estado y el funcionamiento físico, interpersonal y social. La autora identifica 6 criterios que caracterizan la salud mental positiva:

  1. Actitudes hacia uno mismo.
  2. Crecimiento, desarrollo y autoactualización.
  3. Integración.
  4. Autonomía.
  5. Percepción de la realidad.
  6. Control ambiental o del entorno.

Este modelo presupone que la salud mental positiva proporciona un estado de bienestar que, además, es muy resistente ante posibles adversidades.

Modelo de autodeterminación de Edward L. Deci y Richard M. Ryan

Es un modelo motivacional general, en el cual se define al ser humano como un organismo que busca de forma activa (conscientemente o no) la satisfacción de tres necesidades psicológicas que considera básicas y universales:

  1. La autonomía.
  2. La competencia.
  3. La vinculación.

La satisfacción de estas necesidades es un requisito previo para el ajuste y el funcionamiento psicológico saludable y, a su vez, el funcionamiento psicológico saludable es tal porque posibilita la satisfacción de las necesidades básicas. En este modelo, las condiciones del contexto social son fundamentales para el desarrollo del bienestar. Un entorno social que ofrece oportunidades para la satisfacción de las necesidades básicas permitirá un funcionamiento óptimo. En cambio, un contexto social que dificulta la satisfacción adecuada de las necesidades básicas (al ejercer excesiva presión, control y evaluación externa) dificulta un
funcionamiento psicológico saludable.

2000_ryandeci_spanishampsych

Modelo de salud mental positiva de Carol Ryff

Parte de tres principios:

  • La salud mental positiva consiste en la búsqueda continua de la perfección que representa la realización del verdadero potencial de la persona (Ryff, 1989; Ryff y Keyes, 1995). Es un modelo bidimensional, en el cual la salud positiva y la salud negativa son dos dimensiones independientes que representan la salud.
  • La salud positiva incluye los componentes físicos y mentales y las relaciones entre estos componentes.
  • Entiende la salud mental positiva como un proceso dinámico multidimensional más que como un estado discreto.

Este modelo dinámico entiende el bienestar como sinónimo de salud mental positiva. La autora identificó 6 dimensiones de bienestar y elaboró un instrumento para medirlas (las escalas de bienestar psicológico, en ingles, Scales of Psychological Well-being o SPWB):

  1. Autoaceptación. Consiste en sentirse bien con uno mismo y con su pasado, aceptando los aspectos positivos, los negativos y las limitaciones.
  2. Disfrutar de relaciones positivas con otras personas.
  3. Autonomía. Consiste en la capacidad de ser uno mismo en los diferentes contextos sociales.
  4. Dominio del entorno. Tener la sensación de que se pueden elegir entornos favorables o crearlos de forma que pueda satisfacer sus propias necesidades y metas.
  5. Propósito y dirección en la vida.
  6. Crecimiento personal. Implica un deseo y un sentir de llevar una buena vida, es decir, de desarrollar sus potencialidades.

La salud mental positiva es, en sí misma, un indicador de bienestar psicológico y no una consecuencia del funcionamiento óptimo o saludable. Llevar una vida orientada a la realización del verdadero potencial de la persona tendrá como consecuencia la experiencia de satisfacción y felicidad (dimensión hedónica del bienestar).

Modelo de salud mental de Coray Keyes

Define la salud mental en función de tres dimensiones de bienestar:

  • Bienestar emocional (bienestar subjetivo).
  • Bienestar psicológico. Contempla las 6 dimensiones descritas en el modelo de salud positiva de Ryff.
  • Bienestar social. Se define como la valoración que se hace de las circunstancias y el funcionamiento dentro de la sociedad (Keyes, 1998, pág. 122). Está formado por cinco componentes:
    1. Integración social o grado en que está satisfecha la necesidad de pertenencia.
    2. Aceptación social. Expresa confianza en los demás y sentirse cómodo con los otros.
    3. Actualización social. Expresa la confianza en la comunidad.
    4. Coherencia social. Expresa interés en la sociedad y confianza en que la sociedad va en buena dirección; es comprensible, lógica, predecible y significativa.
    5. Contribución social. Indica que se siente útil y valorado por su comunidad.

Felicidad desde la psicología positiva de Martin Seligman

Martin Seligman ha desarrollado una influyente corriente de pensamiento dentro de la psicología que está llevando a nuevas propuestas de intervención, a nuevas formas de entender la felicidad, los problemas de salud y el bienestar. Guiado por los datos de investigaciones previas, Seligman elaboró una clasificación de
las formas de vida (no mutuamente excluyentes) que podían llevar a la experiencia de felicidad:

  1. Vía del placer. Aumentar las emociones positivas respecto al pasado, el presente y el futuro.
  2. Vía del compromiso. Consiste en implicarse en actividades que llevan a la experiencia de flujo.
  3. Vía del significado. Consiste en disponer de un sentido vital y desarrollar objetivos que van más allá de uno mismo.

Necesidades y problemas sociales

En las sociedades, grupos y colectivos existen importantes carencias y problemas, en los cuales el funcionamiento se aleja de los estándares saludables o deseables. La perspectiva psicosocial pone el foco de atención en los problemas sociales, no en los personales. Problemas como la discriminación, la exclusión o la violencia y también problemas que, aunque sean predominantemente médicos, tienen un
marcado componente social, como ocurre con el Covid, la obesidad o la hipertensión. Los problemas sociales, y los problemas individuales, tienen en común que, en su origen, se encuentran condiciones sociales desadaptativas y comportamientos disfuncionales de origen social.

Díaz, Blanco y Durán (2011) y otros autores consideran que la necesidad social es el precursor de los problemas sociales, sea porque la persistencia en el tiempo de una necesidad produce desajustes y comportamientos desadaptativos o porque las acciones dirigidas a su satisfacción no dan los frutos esperados. Existen dos requisitos para que una situación se reconozca como una necesidad social:

  1. Ser definida como tal por conjuntos claramente definidos de ciudadanos.
  2. Ser legitimada por la sociedad.

La legitimación se adquiere cuando la sociedad asume la responsabilidad de su solución, bien sea porque se desarrolla una conciencia cívica de la necesidad y con ello, vías informales de acción colectiva, bien sea cuando se establecen canales formales para su solución (servicios públicos y procedimientos formales). Este es el contexto en que surgen los servidos sociales y, en general, las políticas sociales cuyo objetivo es dar solución a necesidades sociales concretas.

Sullivan, Thompson, Wright, Gross y Spady (1980) consideran que un problema social se genera cuando un grupo de influencia conoce la existencia de una situación social que afecta sus valores y que percibe que puede solucionarse si se interviene de forma colectiva. Además, consideran que un problema social existe cuando se presentan las siguientes cuatro condiciones:

  1. Amplio consenso en considerar que dicha condición se trata de un problema social.
  2. Se puede identificar a los grupos sociales que definen la existencia del problema.
  3. Se pueden diferenciar los valores del grupo que orientan la definición del problema en comparación con los valores de otros grupos.
  4. Se diferencia de los problemas personales.

Ambos conceptos tienen en común el componente social. En concreto: se provocan socialmente, las primeras porque la mayoría de las necesidades están creadas socialmente (son prescindibles para la supervivencia) y los segundos porque, como las anteriores, los aspectos subjetivos y no los objetivos determinan que se reconozcan como tales; están ligados al contexto, a los grupos, al momento histórico, y son sociales porque están impregnados de valores sociales.

INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL

Se ha comprobado que la construcción del conocimiento, la utilización del conocimiento y la intervención pueden considerarse un proceso hacia la mejora de la calidad de vida y el bienestar.

  • Investigación aplicada. En un primer momento, es necesario aplicar la psicología social a aspectos relevantes para obtener los conocimientos aplicables necesarios para comprenderlos en la investigación aplicada (psicología social aplicada).
  • Utilización del conocimiento. En segundo lugar, ese conocimiento puede utilizarse en procesos intermedios de asesoramiento y mediación con una función predictiva.
  • Intervención psicosocial. Por último, la utilización de esos mismos hallazgos permite intervenir en los problemas sociales para intentar mejorar las condiciones de vida y su calidad.

Dentro de una perspectiva positiva e integral de la salud (estado de bienestar físico, psicológico y social), el cambio social al cual se dirige sería el aumento de la calidad de vida. Se rechazan las dicotomías entre ciencia básica y ciencia aplicada, y entre ciencia aplicada e intervención. Este proceso muestra un desplazamiento de los principios teóricos hacia la acción, desde los conocimientos que se obtienen de la investigación aplicada, que permiten formular predicciones sobre los acontecimientos, hasta la intervención para mejorar la calidad de vida, que de nuevo puede, como señala Sánchez Vidal (2002), volver el proceso en sentido inverso, desde la acción y generando conocimiento utilitario hasta el desarrollo de conocimiento general. Sobre estas bases, la intervención, en términos concretos, se refiere a la acción directa sobre una necesidad social mediante unas estrategias de intervención y evaluación (Sánchez Vidal, 2002).

Etapas, actividades y funciones de la psicología social aplicada.

Sánchez-Vidal (2002) caracteriza las acciones psicosociales, en comparación con la intervención clínica tradicional en psicología, y detalla las ventajas del enfoque psicosocial para resolver los problemas sociales y potenciar el desarrollo humano. Define la acción psicosocial como acciones supraindividuales, dirigidas a grupos humanos, interacciones y elementos compartidos y acciones centradas en las desigualdades sociales y grupos más débiles, teniendo en cuenta el poder y su distribución como factores clave. Y señala las ventajas que se derivan de la perspectiva psicosocial para solucionar los problemas sociales:

  • Es más adecuada para resolver este tipo de cuestiones, que son supraindividuales y con raíces sociales.
  • Es un enfoque que amplía la gama de intervenciones respecto al tipo de problemas que puede resolver (problemas que afectan a gran número de personas y colectivos).
  • Es de mayor eficacia ya que conlleva actuar sobre factores psicosociales; de otro modo, las aplicaciones quedarían aprisionadas en un modelo centrado únicamente en las posibles carencias o disfunciones de la persona e ignorarían que estas carencias pueden reflejar los efectos de disfunciones sociales.
  • Tiene mayor eficacia a largo plazo ya que modifica las condiciones sociales que dan origen a la desadaptación y desajuste, y trata de mejorar las condiciones que garantizan el bienestar futuro.

Estas cuatro potencialidades o ventajas de la perspectiva psicosocial son también aplicables a las acciones centradas en la vertiente positiva de la intervención, el desarrollo del bienestar, la calidad de vida y, en general, el desarrollo del ser humano.

Características de la intervención psicosocial

La intervención psicosocial puede entenderse como una serie de técnicas, estrategias, procedimientos o actividades que utiliza un interventor para producir cambios, modificar o mejorar conocimientos, aprendizaje, habilidades, cambiar creencias o actitudes, entre otros aspectos posibles, para mejorar o resolver alguna carencia, necesidad o problema social (Barriga et al, 1987; pocznik y Pequegnat, 1995; Lodzinski, 2003), con la última función de mejorar el bienestar, la calidad de vida y, en general, la vida de las personas.

La intervención psicosocial puede realizarse en diferentes dominios de análisis. Si se siguen los dominios de análisis identificados por Sapsford (1998), se identifican cuatro dominios de intervención:

  1. Dominio intrapersonal. Dirigida a crear, potenciar o cambiar actitudes, atribuciones, creencias o valores, entre otros aspectos.
  2. Dominio interpersonal. Ocurriría cuando se intenta modificar y mejorar las relaciones entre distintas personas (p. ej., los padres con los hijos, las relaciones entre iguales o el profesional sanitario con el paciente).
  3. Dominio grupal. Pretendería mejorar la cohesión o el rendimiento de un grupo o la relación entre distintos grupos, como equipos de deportes o grupos de iguales.
  4. Dominio societal. Intentaría actuar sobre las estructuras, sistemas y procesos macrosociales, como la inseguridad ciudadana, el sexismo, el racismo o la xenofobia.

De esta manera, se están limitando claramente los contenidos de la intervención a los aspectos propiamente psicosociales y aun así, la extensión de las necesidades sociales a las cuales la intervención psicosocial puede llegar para intentar resolverlas es amplísima. En la actualidad es difícil encontrar aspectos que escapen a la influencia social. En cambio, es difícil encuadrar una intervención puramente clínica que trate solo aspectos psicológicos individuales.

Hablar de necesidades psicológicas y sociales puras muchas veces se aleja de una realidad psicosocial que se va imponiendo cada vez más. Por ello se parte del modelo de un individuo socio-histórico y activo (Blanco y Varela, 2007). La intervención se produce con alguien que, a su vez, está inmerso y definido por un contexto social específico, que es un elemento importante que debe tenerse en cuenta. Esta amplitud en el abordaje de la intervención psicosocial es, precisamente, una característica muy difícil de llevar a cabo. Como consecuencia de esta dificultad, muchas veces, una investigación completa y exhaustiva se queda sin intervención o se reduce a un programa en que se trata solo lo que se podría hacer y, muchas veces, con metodología multidisciplinaria.

Sánchez Vidal y Morales (2002) resaltan algunas de las dificultades generales con que se encuentra la
intervención psicosocial:

  • Las barreras o la imposibilidad de acceder a las estructuras sociales globales que están influyendo o determinando las situaciones sociales complicadas y disfuncionales.
  • La complejidad de los asuntos sociales y su modificación.
  • La dificultad de acceso a la población necesitada.
  • El tiempo que normalmente tiene que trascurrir para obtener los resultados de la intervención.
  • Los problemas éticos que pueden plantearse
  • Tener que utilizar con frecuencia métodos interdisciplinarios.

Características de intervención psicosocial

DefiniciónSerie de técnicas, estrategias, procedimientos o actividades que utiliza un interventor para producir cambios, modificar o mejorar conocimientos, aprendizaje, habilidades, cambiar creencias o actitudes, entre otros aspectos posibles, para mejorar o resolver alguna carencia, necesidad o problema social
FunciónMejorar el bienestar, la calidad de vida y, en general, la vida de las personas
Objeto
de intervención
Necesidades sociales y de cambio de las personas. Se abordan los diferentes niveles de análisis
PerspectivaPsicosocial, lo que amplía su área de intervención
Concepción
de la persona
Socio-histórica
Dificultades en su
realización
Intervención de muchas variables. Utilización de metodología
multidisciplinaria. Barreras de acceso a las estructuras sociales, población necesitada y ayudas. Dilatación en el tiempo para obtener los resultados. Problemas éticos. Falta de reconocimiento


Proceso de intervención psicosocial

La intervención psicosocial reúne una importante cantidad de trabajos difíciles de unificar en unas características concretas debido a las diferencias en perspectiva y estrategias, pero tienen un objetivo común: abordar las necesidades y mejoras sociales con el objetivo de aumentar la calidad de vida.

Según distintos autores, es posible variar el número de fases y, por tanto, los aspectos que debe incluir cada una de ellas (Barriga et al., 1987; Lodzinski, 2003; Lodzinski, Motomura y Schneider, 2005; Maya, 2007; Rodríguez-Marín, Cañadas, García del Castillo y Mira, 2007; Blanco y Rodríguez, 2007). Pueden considerarse imprescindibles 5 fases para desarrollar una intervención psicosocial básica:

  1. Identificación, descripción y evaluación de la necesidad, carencia y problemas.
  2. Diseño del programa de intervención.
  3. Realización de la intervención.
  4. Procesamiento de la información y obtención de los resultados.
  5. Evaluación, seguimiento y presentación de la información.

En general, los aspectos que fallan en la calidad de vida, bienestar y satisfacción y demás actitudes con que la persona se aproxima a la salud se convierten en necesidades sociales cuando hay un estado de carencia que lo representa y lo define por acuerdo de un grupo específico de personas. De hecho, la propia calidad de vida y el bienestar se han considerado necesidades sociales que se convertirían en problemas sociales si no se satisfacen (Blanco y Varela, 2007).

La intervención psicosocial debe partir de una evaluación de necesidades previa y una evaluación de la calidad de vida final. Las mejoras incorporadas mostrarán el éxito del programa. De acuerdo con Blanco y Varela (2007), un programa de intervención psicosocial puede incluir tres grandes momentos de valoración que, en este caso y de acuerdo con lo expresado hasta el momento implica los procesos de:

  • Valoración o evaluación inicial (necesidades).
  • Valoración o evaluación del proceso (programa).
  • Valoración o evaluación de resultados (logros del programa).

El primer paso de un programa de intervención debe ser seleccionar la población diana a la cual va a dirigirse.

Identificación, descripción y evaluación de la necesidad, carencia o problema

Para desarrollar esta fase, es necesario:

  • Definir la necesidad de forma descriptiva, teórico-conceptual y operativa, en la cual se exprese claramente lo qué está ocurriendo, desde qué perspectiva teórica se explica y la forma de valorarla. Rodríguez-Marín et al. (2007) puntualizan que los indicadores deben permitir una respuesta a la necesidad intervenida y la determinación de las consecuencias del programa puesto en marcha, si se debe interrumpir en un momento determinado o no, si se debe modificar y con qué tipo de objetivos o metas se corresponde.
  • Determinar el ámbito de intervención. Se define, fundamentalmente, por el contexto de la intervención. Alude a las áreas que se han desarrollado por la aplicación de la psicología social (p. ej., la psicología jurídica o la psicología política).
  • Identificar el objeto o los actores sociales. Se refiere a las personas que recibirán la intervención, a los cuales afectarán sus resultados. Son las personas afectadas por la necesidad o los que, por diferentes razones, están interesados en ella.
  • Tomar la primera medida de la necesidad sobre la cual se va a intervenir para obtener la valoración inicial. Esta evaluación de necesidades tiene como objetivo recoger la mayor cantidad de información para determinar la existencia de la necesidad mediante métodos formales o directamente de los afectados. En cuanto al método, se trata de elegir, entre los métodos cualitativos (observación o entrevistas de grupo) y los cuantitativos (cuestionarios, recuento o medidas directas), los más apropiados para valorar las necesidades del programa. Es habitual comenzar con métodos cualitativos para obtener el máximo de información de forma directa de los afectados y, posteriormente, construir los instrumentos que permitan una medida cuantitativa más objetiva.
  • Considerar el contexto en que se está realizando la evaluación de necesidades y en el cual se va a intervenir con el fin de realizar una actuación culturalmente apropiada en relación con los valores, las costumbres, las expectativas y las estrategias dominantes en las personas, grupo o comunidad a los cuales se dirige la intervención, así como valorar los recursos de que se dispone en la comunidad u otros grupos o entidades interesadas en la intervención.
  • Adaptar la intervención a cada fase del proceso. De esta manera, la intervención será específica de cada etapa (Dijkstra y Rothman, 2008).

Diseño del programa de intervención

Una vez que se ha llevado a cabo todo el trabajo de identificación, descripción y evaluación de las necesidades sobre las cuales hay que intervenir, puede iniciarse el diseño del programa de intervención. Las cuestiones fundamentales a las cuales hay que responder son: ¿Cuáles son los objetivos?, ¿Qué
estrategias se van a emplear para conseguirlo?
y ¿Cómo se van a valorar los resultados? Las tareas para responder esas preguntas se agrupan e 3 grandes grupos:

  • Especificar los objetivos del programa, su contenido y las actividades o estrategias que hay que emplear para lograrlos.
    • Los objetivos aluden a lo que se quiere conseguir con la aplicación del programa. Algunos autores diferencian entre objetivos y fines; el primer término posee un carácter más concreto y se lo asocia con el resultado de la aplicación de una estrategia concreta mientras que los fines serían los resultados últimos de la intervención (Schneider et al., 2005).
    • El contenido del programa de intervención se refiere al objeto de manipulación que se va a llevar a cabo o tratamiento.
  • Planificar la infraestructura, los gastos, las formas de acceso a la población a la cual se dirige la intervención, la formación del personal de intervención y repartir las tareas que hay que realizar en función de la experiencia y formación de cada una de las personas que componen el equipo de intervención. La valoración, formación y asignación de los miembros del equipo requieren un amplio conocimiento de sus habilidades y, en muchos casos, la formación en técnicas concretas, como la entrevista de grupo o el entrenamiento en habilidades sociales.
  • Definir los criterios e indicadores que permitan, una vez que se ha ejecutado el programa, valorar los resultados. Serán los elementos fundamentales para que en la fase siguiente puedan evaluarse los resultados del programa.

Realización de la intervención

En general, no se hacen muchas consideraciones respecto a la ejecución del programa. Obviamente, en esta fase se aplican las tareas y estrategias a la población objeto de intervención, que será más o menos fácil en relación con el diseño y lo trabajado, definido y cuidado que se haya llevado a cabo. Destacan dos aspectos:

  • Permitir cierta flexibilidad en relación con la estructura y los compromisos del programa, que permita variar y manejar imprevistos que requieran una respuesta rápida o un cambio en el curso de la intervención (Rodríguez- Marín et al., 2007).
  • Tener siempre presentes y preparados recursos alternativos. Desarrollar el programa de tal manera que permita evaluar la eficacia de la intervención en cualquier momento (Lodzinski et al., 2005).

Procesamiento de la información y obtención de resultados

Esta fase requiere un trabajo delicado para obtener la información real de lo que ha ocurrido a lo largo de la intervención. El procesamiento de los datos y la obtención de resultados requiere algunas consideraciones que deben seguirse (Rodríguez-Marín et al., 2007):

  • Establecer la correspondencia entre las medidas de las variables y constructos con los objetivos de la intervención y su fin último o resultado. Sin olvidar las diferencias entre objetivos y fines,
  • Ajustar las medidas al diseño del programa de manera que quede claro si las variables que se están registrando son independientes, dependientes o de control.
  • Elegir la información que se desea obtener en función del esquema teórico-conceptual sobre el cual se ha desarrollado el programa.
  • Obtener datos de fiabilidad y validez de los instrumentos que hayan podido construirse nuevos para la intervención.
  • Encargarse de que la realización de las pruebas y estrategias sea lo más adecuada, sencilla y viable para la población en la cual se van a aplicar.
  • Diseñar el sistema de desarrollo que garantice la confidencialidad de los participantes.

Evaluación, seguimiento y presentación de la información

Es importante llevar a cabo una evaluación previa a la intervención, otra segunda evaluación del proceso
de intervención y, por último, la evaluación de los resultados. Estas evaluaciones deberán llevarse a cabo según se hayan planificado en el diseño del programa. Requieren un proceso en que se tendrá en cuenta, desde los objetivos de la evaluación, sobre qué población, los métodos e instrumentos de evaluación, la información de qué se dispone y los análisis de la información; en definitiva, todo lo que se ha llevado a cabo y en los tres momentos del proceso.

El seguimiento del programa implica examinar la medida en que, una vez que se ha finalizado la intervención y se han evaluado sus resultados, su efecto se mantiene en el tiempo. Como en el caso de la evaluación, debe planificarse en el diseño del programa su contenido, las personas que se van a encargar de llevarlo a cabo y el momento en que es pertinente.

La intervención psicosocial debe terminar plasmada en un informe en que debe hacerse constar todo el proceso realizado y sus resultados. No es necesario terminar la intervención para elaborarlo. Por el contrario, puede redactarse un informe de cada fase y este puede ser determinante para la continuidad de la intervención. Como señalan Rodríguez-Marín et al. (2007), independientemente del momento al cual se refiera, la calidad del informe escrito y de la presentación oral es un elemento de evaluación positiva o negativa sobre los diseñadores, ejecutores y evaluadores del programa. Siguiendo a estos mismos autores, se repasan los aspectos que debe incluir un informe:

  1. Título del proyecto.
  2. Resumen.
  3. Descripción del problema,
  4. Objetivos
  5. Fundamentos.
  6. Método.
  7. Procedimiento y estrategias.
  8. Acciones propuestas.
  9. Equipo de trabajo y de apoyo.
  10. Cronograma.
  11. Presupuestos previos
  12. Fuentes de financiación.
  13. Agradecimientos.

Diseñar y llevar a cabo un programa de intervención psicosocial es una tarea de gran envergadura y gran responsabilidad social y científica para el psicólogo social.

AUTOEVALUACIÓN

REFERENCIAS

  • Arias Orduña, A. (2016). Psicología social aplicada (1a ed., reimp. ed.). Madrid: Editorial Médica Panamericana.
  • Apuntes Susi L.
  • Declaración Universal de Derechos Humanos. Adoptada y proclamada por la Asamblea General en su resolución 217 A (III), de 10 de diciembre de 1948.
  • Web de Gerry Velasco
  • YouTube

Deja un comentario

cinco × cinco =

Ir al contenido