INTRODUCCIÓN
Desde la perspectiva donde las personas juegan un rol activo en su propio desarrollo y funcionamiento, se defiende el marcado carácter propositivo del organismo. Unas de las características distintivas de los seres humanos es que se orientan hacia objetivo o metas que eligen en función de sus propios intereses y valores. Por ello, la mayor parte de la conducta no está controlada desde el exterior, sino que está autorregulada.
La autorregulación es un prerrequisito crucial para el logro de las metas (Bandura,1997). Cualquier conducta dirigida a meta, por sencilla que sea, requiere de capacidad de autorregulación, aunque este hecho se acentúa aún más si las metas son a largo plazo. En el proceso de dirigirse a metas las personas tendrán que trabajar duro, renunciar a recompensas inmediatas, resistir tentaciones, soportar frustraciones, inhibir respuestas automáticas, combatir hábitos de respuesta muy arraigados y evitar distracciones hasta conseguir los esperados beneficios.
Todas las metas requieren que la persona realice cambios en su manera habitual de pensar, sentir y comportarse. La autorregulación implica cambiar el self[1], sobreponerse a patrones preexistentes de pensamientos, sentimientos y conductas (ocurre cuando la persona intenta cambiar la manera habitual en que piensa, siente o se comporta).
Las conductas autorreguladoras son una capacidad necesaria en el desarrollo vital y están diseñadas para maximizar los intereses del individuo a largo plazo. Se ha comprobado que:
- La capacidad de autorregulación contribuye al éxito en la vida escolar, laboral y social, y mantiene una relación inversa con psicopatologías.
- La ausencia de autorregulación subyace a muchos problemas personales y sociales, como fracaso en la escuela, desórdenes de conducta y un amplio rango de patrones de conducta adictiva o antisocial.
El término autorregulación es amplio y tiene diferentes connotaciones. En este tema se empleará para hacer referencia tanto a los procesos como a las estrategias:
- Procesos de autorregulación. Se ponen en marcha cuando la persona compara su estado actual real con el estado deseado que le gustaría alcanzar.
- Estrategias de autorregulación. Se siguen para llegar al estado deseado.
PROCESOS DE AUTOREGULACIÓN
En los procesos de autorregulación, la clave se encuentra en la comparación entre un estado actual y el deseado. Al realizar esta comparación, se pueden obtener dos resultados:
- Discrepancia entre ambos estados (acción para intentar reducir esa discrepancia).
- No Discrepancia entre ambos estados (el proceso acabaría aquí y el individuo se centraría en otros aspectos en los que querría conseguir un cambio).
Este mecanismo de comparación es habitual describirlo, a través de un modelo secuencial, cuyo acrónimo es TOTE (test-operate-test-exit) (Carver y Scheier, 2008, 2009) y que se podría traducir como prueba-intervención-prueba-retirada. El mecanismo básico de comparación estado actual-estado deseado, implica la ocurrencia de 3 pasos:
Auto-observación. Para que la persona compare su estado actual con el deseado tiene que tener una representación mental de su estado actual, por lo que focaliza su atención sobre sí misma. El proceso de auto-observación o monitorización no ocurre sólo al principio, sino que la persona en el proceso de alcanzar la meta, se vigilará de forma reiterada para comprobar sus progresos. La auto-observación es fundamental porque de no producirse: la persona no tendría información sobre la eficacia de su curso de acción para alcanzar los propósitos y estaría perdida sobre los pasos a seguir para conseguirlos.
Auto-valoración. Para que la persona realice la comparación estado actual-estado deseado también es necesario q tenga unos valores de referencia o estándares, una representación mental de aquello a lo que aspira. La persona va monitorizando periódicamente su acción, mediante la auto-observación, y valorará si se está acercando o no hacia su estado final deseado. Los valores de referencia suelen ser metas, objetivos a conseguir.
- Metas ambiguas. Afectan negativamente la capacidad de autorregulación y el rendimiento en la tarea.
- Metas con un adecuado nivel de reto o dificultad. Tienen buenas posibilidades de autorregulación y óptimo rendimiento.
Ni las metas demasiado fáciles ni las demasiado difíciles, sino las que requieren una competencia ligeramente superior a la que el propio individuo cree que posee son las que tienen un adecuado efecto regulador porque hacen que la persona aumente el esfuerzo para conseguirlas. Además de las aspiraciones o metas, los valores de referencias pueden tomar forma de obligaciones (ej. normas y reglas sociales sobre lo q se considera una conducta apropiada).
Auto-reacción. En función de la auto-valoración la persona se auto-recompensará si evalúa progresos, o introducirá cambios si considera que no ha conseguido avances. Las auto-recompensas pueden ser un refuerzo externo (pastel) aunque las más significativas son las que toman forma de evaluaciones positivas de uno mismo, que derivan, a su vez, en la experiencia de sentimientos positivos, como orgullo o satisfacción, y en incrementos de la percepción de autoeficacia. Estas evaluaciones positivas son determinantes para que la conducta dirigida a meta se mantenga durante largos períodos, de tal manera que muchos fallos de la conducta autorreguladora (abandonar la meta) se pueden deber a la ausencia de estos auto-refuerzos. La acción del individuo está guiada, en parte, por los esfuerzos de obtener sentimientos positivos sobre uno mismo, de uno mismo.
ESTRATEGIAS DE AUTOREGULACIÓN
Las estrategias son acciones que se ponen en marcha cuando la persona, tras comparar el estado actual y el deseado, encuentra una discrepancia entre ambos.
Una de las estrategias es la que consiste en subdividir la meta final en metas parciales. Esta estrategia es inherente al mismo proceso de autorregulación y fundamental cuando las metas se plantean a largo plazo. Permite evaluar si se ha logrado o no la meta parcial y posibilita conseguir refuerzos parciales, que son evaluaciones positivas del self. Estos autorrefuerzos facilitan que la persona se siga esforzando para conseguir la meta final.
Otra estrategia básica y de carácter general es que la meta sea importante para el individuo y esté integrada en su sistema motivacional, es decir, que sea congruente con otras metas y valores. El valor de la meta se deriva de que sirva para conseguir otras metas o necesidades de orden superior. Está muy ligado al compromiso. Que la persona esté comprometida o tenga intención de llevar a cabo la meta es necesario, pero NO suficiente para que finalmente se ponga en acción, por lo menos en metas complejas. Finalmente, que exista congruencia entre las metas que el individuo está intentando conseguir y las metas o necesidades de orden superior es muy importante para el inicio y mantenimiento de la conducta dirigida a meta. Las metas intrínsecas se asocian con mejor rendimiento que las extrínsecas.
El estudio de Stadler, Oettingen y Gollwitzer (2010) compararó la eficacia de 2 intervenciones sobre la conducta de ingesta de frutas y verduras (desde 1 semana a 24 meses):
- 1ª Intervención: sólo se daba información sobre los beneficios de una dieta saludable tanto a corto como a largo plazo, a la vez que se les animaba a consumir 5 raciones de frutas y verduras diarias.
- 2ª Intervención: además de información se entrenaba brevemente en diversas estrategias de autorregulación.
La 1ª medida fue antes de la intervención, tomándose como línea
base. Las 5 medidas siguiente se realizaron una semana inmediatamente después
de la intervención y 1, 2, 4 y 24 meses después de la misma.
Resultados:
- Ambos grupos: el númerode raciones tomadas después de 1 semana y, 1, 2 y 4 meses después de la intervención se incrementó significativamente respecto a las raciones tomadas en línea base. Sólo en el grupo en el que se practicaron estrategias autorreguladoras aumentaron significativamente la ingesta de frutas y verduras, respecto a la línea base, a los 24 meses.
- Ambos grupos diferían significativamente: en las medidas realizadas a los 4 y 24 meses, indicando que el grupo que ejercitó las estrategias de autorregulación consumía más raciones de frutas y verduras que los que sólo recibieron información sobre los beneficios de una dieta saludable.
Las estrategias de autorregulación son esenciales para el inicio de la conducta dirigida a meta, pero sobre todo para mantener la conducta por largos períodos de tiempo.
Estrategias para Demorar la Gratificación
Un aspecto fundamental en la persecución de metas a largo plazo es la capacidad para demorar la gratificación inmediata en aras de conseguir una compensación mayor en un tiempo posterior. Todas las metas que se prolongan en el tiempo requieren la renuncia de gratificaciones inmediatas. La demora de la gratificación constituiría un constructo subordinado a otro más amplio al que se denomina “Resistencia a la Tentación”. Las tentaciones son posibilidades atractivas, y en el contexto de las metas y la autorregulación, son como metas alternativas que aportan premios más inmediatos, pero menos importantes (Shah y Kruglasnki, 2008).
Para estudiar estos fenómenos se ha empleado “El Paradigma de la Demora de la Gratificación” (Mischel, 1996). En los estudios dentro de esta perspectiva, se muestra algún producto consumible (dulces) a, niños normalmente, y se les presenta un dilema: esperar a que el experimentador vuelva (máx. 20 min. para que regrese, aunque ellos no lo saben) y obtener 2 productos, o tocar una campana y que el experimentador vuelva inmediatamente, pero sólo obtendrían 1 producto. La capacidad de autorregulación o autocontrol, en este caso de demorar la gratificación, se mide por el tiempo que tarda cada uno de los niños en tocar la campana.
En los muchos estudios realizados se han ido introduciendo diferentes condiciones, en muchos casos basadas en la observación del comportamiento natural, para conocer los determinantes, facilitadores e inhibidores, de esta demora. De las revisiones realizadas, se pueden destacar los siguientes resultados significativos:
- Cuando la recompensa está presente, los niños esperan muy poco para tocar la campana (1min. aprox.), es decir, no muestran capacidad para inhibir sus respuestas impulsivas.
- Cuando la recompensa está presente, pero no resulta saliente, la mayoría de los niños son capaces de esperar bastante tiempo.
- Aunque la recompensa esté saliente y sea sobresaliente, si se emplea una estrategia interna de autorregulación (fijar la atención fuera del objeto), los niños son capaces de esperar por más tiempo.
- A pesar de la exposición a la recompensa, la mayoría de los niños son capaces de esperar el tiempo requerido si se distraen con algún objeto externo. La eficacia del distractor depende de lo interesante que resulta.
- La distracción cognitiva autogenerada (pensar en cosas divertidas como canciones o juguetes) permite a los niños demorar la gratificación hasta el tiempo requerido.
- Los niños esperaban la totalidad del tiempo cuando pensaban en los aspectos NO consumatorios del producto (envoltorio o tamaño), mientras que no eran capaces de esperar cuando se centraban en aspectos consumatorios (sabor, olor, textura..).
De estos resultados se desprende que ciertas estrategias son efectivas para la demora y que se recomienda su empleo: además de no exponerse directamente a los objetos deseados, la estrategia más importante para conseguir demorar la gratificación o resistir, se refiere al manejo adecuado de los recursos atencionales (no focalizar la atención en los objetos que constituyen la gratificación, sobre todo en aspectos consumatorios).
Los aspectos consumatorios son las características que hacen que sean deseables o tentadores los objetos o metas que se quieren conseguir. Tienen que ser identificados en función de cada contexto particular. Centrarse en estos aspectos consumatorios sí que sería una buena estrategia cuando se pretendan instaurar los aspectos deseables de la tarea o
comportamiento en el repertorio conductual del individuo.
Estrategias de Planificación o Implementación
Una vez elegida la meta, existen diferentes maneras de alcanzarla. Esa flexibilidad que permite cambiar de ruta cuando se fracasa y que la persona decida cómo conseguirla. Una estrategia muy eficaz es la de “planificar anticipadamente” qué conducta se va a iniciar, cuándo se va a realizar, dónde se va a llevar a cabo, y por cuánto tiempo se va a mantener. Esos planes pueden variar en complejidad y especificidad, pero todos tienen la misma función principal, la de facilitar la ejecución de la tarea. También se la denomina “Implementación de la Intención” (puesta en marcha de una intención).
La planificación (o implementación de la intención) se basa en la identificación previa de qué conductas son las más instrumentales para lograr las metas y qué situaciones son las más favorables para llevarlas a cabo. Además, permite crear un vínculo asociativo entre estas situaciones y la conducta. Es especialmente efectiva cuando se emplea el formato “Si… entonces”, mediante el que se vinculan las situaciones críticas con la conducta dirigida a meta, la cual se iniciaría una vez que la situación relevante aparece.
- El componente » Si… « describe una situación concreta como una buena oportunidad para actuar.
- El componente «entonces…” describe una conducta instrumental dirigida a una meta.
Por ejemplo, “Si estoy haciendo la tarea en mi casa, entonces ignoraré los mensajes que lleguen a mi móvil”.
Diferentes estudios han demostrado que la planificación es una estrategia muy eficaz para el logro de las metas:
- Los planes resultan efectivos para conseguir una gran variedad de metas relacionadas con el consumo, el medio- ambiente, el rendimiento académico, o la salud.
- También es muy útil para conseguir metas cuando las personas puntúan bajo en el rasgo de responsabilidad y/o tienen dificultades para regular su comportamiento.
- Los efectos de la implementación son más fuertes cuando las tareas son difíciles.
- La implementación es una estrategia muy útil para lograr metas, pero sólo cuando los participantes tienen intención de llevarla a cabo.
La intención es una condición necesaria, pero no suficiente, para que la planificación sea efectiva en el inicio y mantenimiento de la conducta dirigida a meta. Bajas correlaciones entre intención y conducta porque luego fallan en ponerse en marcha.
Estudio con niños de 6 años (Wieber, Suchodoletz, Heikamp, Trommsdorff y Gollwitzer, 2011), cuyas habilidades autorreguladoras están todavía inmaduras, tienden más a la distracción y no emplean de forma natural la implementación, aunque son capaces de utilizarla y mejorar así su conducta cuando se les insta a ello.
Tarea de los niños: categorizar los estímulos de la parte inferior de una pantalla en función. de que fueran vehículos o animales. Los estímulos se mantenían en la pantalla hasta que los niños contestaban, para lo cual tenían que apretar 2 botones diferentes de un mando.
- Tarea 1. 30 ensayos sin distracción = la línea base. Y, 90 ensayos con distracción (30 distracción de atractivo bajo, 30 de atractivo medio y 30 con atractivo alto). La distracción aparecía en la parte superior de la pantalla, a la vista del niño.
- Tarea 2. 30 ensayos de línea base. Y, 90 ensayos con una distracción de alto atractivo (película de dibujos animados que no estaba a la vista del niño, es decir ? tenía que girarse para verla).
En una sesión previa a aquella en que realizaban las tareas, se evaluaron diferentes variables temperamentales, así como relativas a la capacidad lingüística de los niños.
En una 2ª sesión (también previa a la realización de las tareas), se les explicaba en qué consistían las tareas y se evaluaba su grado de compromiso con el objetivo de hacer la tarea lo mejor posible y su percepción de autoeficacia con respecto a la tareas. Después, se les asignaba a 2 condiciones:
- Condición de intención: se les instaba a ignorar la distracción (“yo ignoraré la distracción”).
- Condición en la que se implementaba la intención de ignorar la distracción (“Si aparece alguna distracción, entonces yo la ignoraré”).
Los grupos no diferían en ninguna de las VV incluidas como control
(temperamento, capacidad lingüística, compromiso con la meta, percepción de
autoeficacia), ni el rendimiento en las tareas en la línea base. La VD se
operativizó como el tiempo tardado en dar la respuesta en cada una de las
condiciones de distracción menos el tiempo tardado en la línea base.
Resultados:
- En la tarea 1. Se encontró un efecto del grado de atractivo de la distracción: cuanto más atractiva era la distracción, los niños tardaban más en realizar la categorización. También es obtuvo un efecto de la implementación: los niños respondían más rápido en la condición de implementación. Las diferencias entre la condición de intención y de implementación se debían sólo a las condiciones de atractivo moderado y alto, ya que en la distracción de atractivo bajo no había diferencias entre los grupos, pero en las condiciones de atractivo moderado y alto, los niños que practicaban la implementación eran más rápidos que los niños que sólo tenían la intención.
- En la tarea 2. Los niños que sólo tenían la intención eran más lentos en sus respuestas que aquellos que practicaban la implementación.
Estos resultados ponen de manifiesto que la estrategia de implementación es efectiva para evitar las distracciones. Por otra parte, también corroboran resultados obtenidos en otros estudios, que han mostrado que la implementación funciona mejor cuando la tarea es compleja. En este caso, no había diferencias entre los grupos cuando el atractivo de la distracción era de grado bajo, mientras que los beneficios del uso de la implementación se hicieron patentes en las condiciones más difíciles, cuando el atractivo de la distracción era de grado moderado y alto.
La planificación, no sólo es útil para evitar las distracciones, sino que también es eficaz para suprimir respuestas habituales, inhibir respuestas automáticas como las derivadas de los prejuicios o estereotipos (de género, ante ancianos y ante mendigos), vencer tentaciones y proteger de interferencias derivadas de tareas precedentes de carácter antagónico. Es eficaz para iniciar la conducta y mantenerla.
Procesos subyacentes a la Implementación
Se ha sugerido que el hecho de hacer una planificación aumenta el grado de compromiso con la meta o intención de esfuerzo y la percepción de autoeficacia para hacerla frente, y que estos 2 factores serían los determinantes últimos del logro de las metas. Sin embargo, la investigación ha mostrado que los cambios en la intención y en la percepción de autoeficacia no son los responsables de las relaciones entre implementación y el logro de las metas.
Por el contrario, hay evidencias empíricas de que los efectos beneficiosos de la planificación o implementación en el logro de las metas se basan en 2 mecanismos o procesos:
- El incremento de la accesibilidad de las claves situacionales específicas. La selección de las características de las situaciones que son buenas oportunidades para actuar. Estas claves pueden pasar desapercibidas, porque el individuo tiene focalizada su atención en otras cosas o porque estas señales no son obvias a primera vista, o simplemente sólo están disponibles por un corto período de tiempo. Cuando las situaciones críticas o relevantes se han especificado previamente mediante la planificación, estas situaciones no escapan a la atención del individuo. Se activa su representación mental y se hacen más accesibles. El componente «si» de la implementación, facilita la ruta planificada incrementando la accesibilidad de las señales especificadas.
- La fuerza de la asociación entre estas claves y las conductas. Permite crear un vínculo entre la situación crítica y la conducta dirigida a meta, de tal manera que la conducta se inicia cuando la situación oportuna se presenta. Esta conducta que se inicia, lo hace de forma inmediata, es efectiva, no consume apenas recursos y no requiere de intención consciente, por lo que cumple todos los requisitos para ser considerada una conducta automática. Es como un “Hábito”, pero diferente, porque mediante la planificación no se requiere el emparejamiento reiterado, sino que la automatización se produce de forma inmediata. Por ello, se dice que la planificación constituye una estrategia de automatización o una manera instantánea de instaurar hábitos.
La implementación que emplee claves situacionales que sean complejas o ambiguas sería menos efectiva, debido a que esas claves pueden ser difíciles de codificar.
Planificación y Flexibilidad
La conducta dirigida a meta se caracteriza por su flexibilidad. Existen muchas maneras de lograr las metas, las metas del individuo pueden cambiar y, además, las maneras de conseguirlas se pueden sustituir si no son eficaces.
Una línea de investigación, dentro del marco de la implementación se ha dirigido a comprobar si esta estrategia se asocia con reducción de la flexibilidad, ya que la implementación implica la aplicación de un plan de acción previsto anticipadamente. Los datos de los que se dispone hasta la fecha parecen indicar que las personas no aplican los planes de forma rígida, sobre todo si tienen información sobre su eficacia.
En un estudio de Gollwitzer y cols. (2008), los participantes, en un juego de ordenador, tenían que mover una figura a través de 10 laberintos diferentes, intentando salir por el camino más corto posible. Los laberintos se veían desde arriba y la figura se podía mover mediante 4 botones hacia la izquierda, derecha, arriba o abajo. Se les decía que, para facilitar la tarea, en las bifurcaciones aparecería una flecha verde que les señalaría el camino más corto. Esta tarea se realizaba en dos condiciones diferentes:
- En la condición de intención, se decían «Intentaré encontrar el camino más corto en los laberintos».
- En la condición de implementación añadían «y si la flecha verde me muestra una ruta, rápidamente presionaré el botón correspondiente».
La realidad es que la flecha verde mostraba el camino más corto sólo en 3 de los 10 laberintos, es decir, el plan de la implementación tenía baja instrumentalidad, y para conseguir el objetivo deberían abandonarlo. En el estudio también se incluía otra condición: un grupo recibió feedback sobre el rendimiento y otro no. La variable dependiente fue el número de laberintos en los que encontraban las rutas más cortas.
Los resultados mostraron una interacción:
- Cuando no recibían feedback sobre el rendimiento, los participantes con planes rendían peor que los que sólo tenían la intención.
- Cuando recibían feedback sobre el rendimiento y aprendían que seguir los planes tenía poca instrumentalidad para encontrar los caminos más cortos, los que tenían planes rendían igual que los que sólo tenían intención.
Esto quiere decir que cuando sabían que el plan no era efectivo para conseguir la meta, lo abandonaban. Así que se podría sugerir que los planes no restan flexibilidad a la conducta dirigida a meta.
FACTORES QUE AFECTAN A LA CONDUCTA AUTORREGULADORA
Para que la autorregulación sea exitosa se requiere ejercer considerable cantidad de esfuerzo hacia el logro de las metas propuestas. Por ello, en este apartado nos vamos a centrar en los eventos que pueden provocar el agotamiento de la capacidad de autorregulación, así como aquellos que la pueden mejorar o contrarrestar.
Reducción o Agotamiento de la capacidad de Autorregulación
La investigación ha puesto de relieve que después de un acto inicial de autorregulación, el rendimiento en un segundo acto que también la requiera, disminuye. El empeoramiento ocurre, aunque los actos impliquen esferas de actuación completamente diferentes.
Como explicación se ha planteado un modelo de funcionamiento que postula que las diferentes formas de autorregulación tienen unos recursos comunes y limitados, por lo que su empleo consecutivo podría causar agotamiento. La reducción de la energía disponible para el ejercicio de la autorregulación no sería permanente y las personas la podrían recuperar en determinadas condiciones favorables.
En un estudio de Schmeichel, Vohs y Baumeister (2003), los participantes tenían que ver un video sin sonido de seis minutos en el que aparecía una mujer que estaba siendo entrevistada y se les decía que después tendrían que hacer determinados juicios sobre su personalidad. En el video, en la parte inferior de la pantalla, iban apareciendo palabras escritas irrelevantes por intervalos de 30 segundos.
La tarea se presentó en dos condiciones experimentales: en una no
se daba ninguna instrucción adicional y en la otra se les decía que no tenían
que prestar atención a las palabras (autocontrol o autorregulación). Después,
una segunda tarea consistió en una prueba de razonamiento, que también requería
autorregulación.
Los resultados muestran cómo el rendimiento en la segunda tarea que requiere autorregulación era menor si previamente se había ejercido la capacidad de autorregulación en la primera. Este menor rendimiento sugiere, por tanto, que se ha producido cierta reducción o agotamiento de la capacidad de autorregulación.
Este modelo permite explicar algunos hechos, como el que después de afrontar situaciones estresantes que requieren capacidad de autorregulación, las personas que están a dieta o las que están dejando de fumar fallen en sus intentos, dado que requieren mucha capacidad de autorregulación. También nos permite entender conductas cotidianas como que después de un día de trabajo duro, muchas personas elijan actividades que exigen bajo esfuerzo o nula capacidad de autorregulación, como ver la televisión.
Mejora de la capacidad de Autorregulación
El modelo anterior postula que “la capacidad de autorregulación funciona como un músculo”, y por lo tanto se puede agotar por el funcionamiento. De la misma manera que el sistema muscular, si se realiza un entrenamiento, la capacidad o fuerza de autorregulación se podría incrementar a largo plazo. Los estudios realizados han comprobado esta predicción, pues han encontrado que con la práctica continuada se mejora la capacidad de autorregulación.
El un estudio de Muraven, Baumeister y Tice (1999), se comparó el rendimiento en una tarea que requiere autorregulación antes y después de entrenarla. Tanto en la 1ª como en la 2ª sesión, los participantes realizaban una tarea de resistencia (presión manual) y después una tarea de supresión de pensamientos, en la que se les pedía que no pensaran en un oso blanco (este tipo de instrucciones que insta a no pensar en algo, lo que produce es precisamente el efecto contrario, ya que se hace más sobresaliente y se incrementa su accesibilidad). Y, por último, volvían a realizar la tarea de presión manual (tarea posterior).
Tanto la tarea de presión manual como la de supresión de pensamientos requieren de capacidad autorreguladora, pues implican la inhibición de respuestas automáticas y de control de la atención.
Las dos sesiones en las que realizaban estas tareas estaban separadas por dos semanas, período en el cual los participantes siguieron diferentes programas de entrenamiento de la autorregulación.
- De acuerdo con la hipótesis del agotamiento de la capacidad de autocontrol, el tiempo que se mantendría la presión en la tarea posterior sería inferior al tiempo que se mantendría en la tarea previa, con valores negativos.
- De acuerdo con la hipótesis de que la capacidad de autorregulación puede mejorar con entrenamiento, en la sesión 2 se esperaba una mejora con respecto a la sesión 1 en el grupo con entrenamiento, lo que se traduciría en valores 0 o cercanos a 0, mientras que en el grupo control no se esperaba ninguna mejora.
Resultados:
- En la sesión 1, ambos grupos mostraron agotamiento (valores negativos).
- En la sesión 2, el grupo que se había estado entrenando mostró una mejora significativa: mantuvieron la presión prácticamente por igual tiempo en la tarea previa y en la posterior. El grupo control mostró un agotamiento más acentuado.
Estos resultados, junto con otros similares, parecen apoyar la idea de que la capacidad de autorregulación se puede mejorar con la práctica regular.
Reposición de la capacidad de Autorregulación
La manera natural de restaurar la capacidad de autorregulación es mediante el descanso y/o el sueño. Se ha comprobado que los fallos de autorregulación son más frecuentes cuando las personas están cansadas y que cuando descansan rinden mejor y tienen más iniciativa. También se ha comprobado que los niños que duermen poco muestran signos de fallos en la capacidad de autorregulación como hiperactividad, labilidad emocional, conducta agresiva o dificultades sociales.
La línea de investigación actual se centra en identificar actividades adecuadas que contrarresten los efectos del agotamiento. Algunos estudios han comprobado que la experiencia de emociones positivas o la autoafirmación del self son efectivas para reducir los efectos del agotamiento.
En el de estudio de Tice y
cols. (2007), se muestra cómo la experiencia de emociones positivas puede
ayudar a contrarrestar los efectos del desgaste producido por el ejercicio de
la autorregulación. Los participantes realizaban una primera tarea de
resistencia manual y después realizaban la tarea de supresión de pensamientos
(no pensar en un oso blanco). Luego se les mostraba un video con contenido
cómico o triste en función de la condición experimental con el objetivo de
provocar un estado de ánimo positivo o negativo. Por último, volvían a realizar
la tarea de presión manual del principio.
Resultados:
- El grupo que había visto el vídeo cómico tenía un estado de ánimo más positivo.
- Las emociones positivas ayudaron a contrarrestar el agotamiento producido por el ejercicio de autorregulación en la tarea de supresión de pensamientos, pues en el grupo en el que se había inducido un estado de ánimo positivo no se deterioró el rendimiento en la tarea de fuerza , incluso se incrementó, mientras que en el grupo que se indujo estado de ánimo negativo se produjo un deterioro del rendimiento.
Por otra parte, también se ha constatado que la autoafirmación[2] del self tiene efectos beneficiosos en relación con el fenómeno de la reducción o agotamiento de la capacidad de autorregulación, que son similares a los que tiene la experiencia de emociones positivas.
En situaciones de amenaza al yo se producen respuestas defensivas de carácter autoensalzante, que incluyen cambios de actitudes autojustificativas o sesgos atribucionales autoensalzantes. Las autoafirmaciones provocan que las personas amenazadas actúen como si no hubieran sido amenazadas, es decir, suavizan la tendencia a reaccionar con autoensalzamiento ante las amenazas y les permiten mantener una visión positiva.
En el estudio de Schmeichel
y Vohs (2009), se comprobó que los beneficios de la autoafirmación podrían
amortiguar los efectos del agotamiento de la autorregulación.
- En la 1ª tarea, los participantes debían escribir sobre un viaje, en dos condiciones: una de escritura libre y la otra de escritura limitada (no podían emplear las letras “a” y “n”), que implicaba autorregulación.
- En la 2ª tarea se les
daba una lista de 11 valores y características personales para que las
ordenaran en función de su importancia. Después, tenían que escribir un breve
ensayo, también en dos condiciones:
- Condición de autoafirmación: explicar la razón por la que los primeros valores eran importantes.
- Condición de no afirmación: explicar las razones por las que el valor ordenado en el séptimo lugar podía ser importante para los estudiantes de universidad.
- La 3ª tarea fue de tolerancia al dolor: los sujetos debían sumergir la mano en agua helada (requiere de capacidad de autorregulación para inhibir respuestas automáticas). El rendimiento de esta tarea se operativizó como segundos que mantenían la mano sumergida (variable dependiente).
Resultados:
- Los esfuerzos iniciales de autorregulación afectan negativamente a la capacidad de tolerar el dolor, pero sólo entre los participantes que no se habían autoafirmado entre las dos tareas.
- Estos resultados no se deben al estado de ánimo o diferencias en el esfuerzo realizado en las distintas condiciones, puesto que estas medidas fueron evaluadas y controladas en los análisis realizados.
En conclusión, para conseguir un adecuado funcionamiento de la capacidad de autorregulación y prevenir su agotamiento, es conveniente introducir pautas de descanso o de sueño y realizar actividades satisfactorias o que permitan al individuo autoafirmarse.
DIFERENCIAS INDIVIDUALES EN LA CAPACIDAD DE AUTORREGULARSE
Hay personas mejores para mantener una dieta, hacer ejercicio regularmente, etc… En los estudios de Mischel sobre la demora de la gratificación ya se constató que mientras algunos niños esperaban mejor el tiempo requerido para obtener el premio, otros tocaban la campana antes del tiempo necesario.
Por otra parte, la capacidad de demorar la gratificación de los niños de preescolar también se ha mostrado como un potente predictor de su competencia cognitiva, emocional y social cuando alcanzaban su adolescencia o juventud. Así, se ha comprobado que existe una relación directa entre el tiempo que los niños eran capaces de demorar la gratificación y diversos índices, entre los que destacan el rendimiento académico y capacidades como el razonamiento, la planificación y la concentración, así como el manejo del estrés y de situaciones frustrantes (Mischel, 1996).
Algunos autores mantienen que la capacidad de autorregulación puede ser considerada como un rasgo, ya que se mantiene bastante estable en el tiempo.
La capacidad de demorar la gratificación en niños preescolares es un potente predictor de su competencia cognitiva, emocional y social cuando alcanzaban su adolescencia o juventud (existe una relación directa entre el tiempo que los niños eran capaces de demorar la gratificación e índices como el rendimiento académico y capacidades como el razonamiento, la planificación y la concentración, así como el manejo de estrés y de situaciones frustrantes).
La capacidad de autorregulación o autocontrol puede medirse en:
- Situaciones concretas: a través de índices derivados de la realización de diversas tareas.
- Cuestionarios que evalúan las maneras de comportamiento habitual. La capacidad medida a través de aquí también se asocia con diferentes índices de ajuste social. Así, en un estudio con una muestra de universitarios se encontró que la autorregulación se relacionaba positivamente con rendimiento académico y cohesión familiar, y negativamente con síntomas psicopatológicos, problemas de abuso de alcohol. desórdenes de la conducta alimenticia, conflicto familiar y agresividad, después de controlar el efecto de la deseabilidad social.
En general y de acuerdo con las evidencias, podemos decir:
- Una buena capacidad de autorregulación contribuye al éxito en la vida en dominios como el escolar, laboral y social, ya que predice un amplio rango de resultados deseables (buen rendimiento escolar, popularidad interpersonal, relaciones personales de calidad…).
- Una capacidad de autorregulación baja aumenta la susceptibilidad a presentar problemas de abuso de sustancias, de desórdenes de la conducta alimenticia, de conducta agresiva y violenta y de criminalidad.
La capacidad de autorregularse constituye una de las adaptaciones más beneficiosas para el ser humano. Somos más felices y estamos más sanos cuando logramos ajustarnos a nuestro ambiente por lo que debemos cambiar para adaptarnos al mundo, lo que constituye una de las características de lo que se entiende por autorregulación.
BREVES NOTAS SOBRE EL SUSTRATO FISIOLÓGICO DE LA CAPACIDAD DE AUTORREGULACIÓN
- Córtex frontal. Se considera la región cerebral responsable de la conducta autorregulada, ya que las personas con lesiones en esta área tienen déficits de autorregulación, es decir, presentan alta impulsividad.
- Córtex frontal dorsolateral. Está implicado en la modulación de la atención, se cree que juega un rol importante en los procesos de autorregulación.
La idea de que la autorregulación depende de una energía finita, que se agota, podría ser más que una metáfora ya que la investigación sugiere que menores niveles de glucosa en sangre se asocian con peor autorregulación (DeWall y cols., 2010):
- El nivel de glucosa en sangre baja cuando los participantes ven un vídeo en el que tienen que controlar la atención, pero no varía si simplemente veían el vídeo.
- Bajos niveles de glucosa tras una tarea que implica autorregulación predicen peor rendimiento en una tarea posterior que también requiera autorregulación.
- Los efectos del agotamiento se eliminaban si se tomaba una bebida con glucosa, pero no si la bebida contenía un edulcorante sustituto del azúcar.
Los efectos del agotamiento se eliminaban si se tomaba una bebida con glucosa, pero no si la bebida contenía un edulcorante sustituto del azúcar.
Se ha constatado que los fallos en la conducta de autorregulación son más probables según va avanzando el día. Esto es paralelo con el declive en la eficiencia con que el organismo usa la glucosa y con el ritmo metabólico, que es más rápido por el día que por la noche. Dado que la autorregulación es un proceso con muchas demandas psicológicas y metabólicas requiere de una alimentación saludable. Los niños malnutridos tienen importantes dificultades autorregulatorias, como problemas académicos e incrementos de la conducta agresiva y de la ansiedad.
RESUMEN
Dado el marcado carácter propositivo del ser humano, la autorregulación juega un papel decisivo en su funcionamiento, puesto que es fundamental para poder lograr las metas, y llega a ser imprescindible cuando éstas son a largo plazo.
La capacidad de autorregulación es necesaria a través de todo el desarrollo vital, y se ha comprobado que se asocia con el éxito en la vida escolar, laboral y social, así como con menor psicopatología. Por otra parte, una pobre capacidad de autorregulación se relaciona con diferentes problemas personales y sociales, como el fracaso en la escuela, los desórdenes de conducta y un amplio rango de patrones de conducta adictiva o antisocial.
Es un hecho obvio que entre las personas existen grandes diferencias en la capacidad de autorregulación, de tal manera que el éxito o fracaso en las tareas que requieren autorregulación, que son muy importantes en número, dependerá del grado en que las personas posean dicha capacidad.
Cuando se habla de autorregulación se hace referencia tanto a los procesos como a las estrategias. Los procesos de autorregulación son todos aquellos que se ponen en marcha cuando la persona compara su estado actual real con el estado deseado, mientras que las estrategias de autorregulación son aquellas que se siguen para conseguir llegar a ese estado deseado. El mecanismo de comparación entre el estado actual y el deseado es posible gracias a los procesos de auto-observación (del estado actual del individuo), auto-valoración (en relación al estado deseado o meta) y autorefuerzo (en el caso de que se progrese hacia el estado deseado o meta). Por otra parte, algunas de las estrategias más eficientes en el logro de las metas se refieren al control de los recursos atencionales, y a la planificación tanto de las conductas que se necesita realizar, como de las situaciones oportunas para realizarlas.
Dado que el ejercicio de la capacidad de autorregulación requiere esfuerzo, esta capacidad puede verse reducida, llegándose a producir agotamiento, lo que se traduciría en empeoramiento del rendimiento en tareas que requieran de dicha capacidad. El agotamiento se puede prevenir con la práctica continuada y seguida de descansos de la autorregulación. De la misma manera, el agotamiento se puede contrarrestar, mediante el sueño, el descanso, la experiencia de emociones positivas y la práctica de la autoafirmación del self.
GLOSARIO
- Auto-observación. Proceso de autorregulación consistente en la focalización de la atención sobre uno mismo. Este proceso permite que la persona pueda tener una representación mental de su estado inicial, así como de los progresos hacia el estado deseado o meta.
- Auto-reacción. Proceso de autorregulación mediante el que el individuo se auto-recompensa en el caso de que evalúe progresos hacia el estado final deseado o meta, o introduce cambios en el caso de que considere que no ha conseguido avances.
- Auto-valoración. Proceso de autorregulación mediante el que el individuo valora si se está acercando o no hacia su estado deseado final o meta.
- Estrategias de autorregulación. Son aquellas que se siguen para conseguir llegar a un estado deseado u objetivo, una vez que se ha comprobado la discrepancia entre el estado actual y este estado deseado.
- Planificación de la intención. Estrategia de autorregulación que consiste en especificar anticipadamente todas las condiciones relativas a la realización de la conducta que permite llegar al estado deseado o meta. En este sentido se especificará qué conducta se va a iniciar, cuándo se va a realizar, dónde se va a llevar a cabo, y por cuánto tiempo se va a mantener.
- Procesos de autorregulación. Son todos aquellos que se ponen en marcha cuando la persona compara su estado actual real con el estado deseado que le gustaría alcanzar.
REFERENCIAS
- Resumen Jovana RN (2017-18)
- Resumen NESS Uned (2015-16)
- Bermúdez Moreno, J., & e-libro, C. (2011). Psicología de la personalidad (1® ed.). Madrid: Universidad Nacional de Educación a Distancia.
- UNED aLF
[1] Self. En general se refieren a las creencias, conceptos y representaciones subjetivas que tiene la persona de sí misma.
[2] Autoafirmación: aquellos actos que realiza la persona para apoyar su sentido de adecuación.