¿Como es la Universidad en España?

Las Universidades españolas son entidades casi mágicas donde casi todo es posible. Alguien ha definido nuestro sistema universitario como un espacio donde se rinde culto a la mediocridad, además de ser el único espacio público junto con las Fuerzas Armadas y la administración de Justicia donde la corrupción aún tiene barra libre. Se calcula que más 70% del cuerpo docente de la universidad pública estudió en el centro en el que está contratado. Por supuesto, la universidad no cuenta con un sistema de rendición de cuentas efectivo y transparente,

En la Universidad Española es posible que un doctor en ciencias políticas con experiencia docente y que ha participado activamente en la vida política española siendo uno de los fundadores de PODEMOS y vicepresidente del gobierno de España sea excluido de un proceso selectivo para la plaza de profesor asociado en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).

En la universidad española también es posible aprobar el 70% de la carrera de derecho en dos años o conseguir un Máster Universitario en Derecho Público del Estado Autonómico sin asistir a clase, hacer exámenes o presentar un TFM.

La universidad española suceden cosas verdaderamente curiosas:

Pedro Araújo Nespereira. Obtuvo el título de Doctor en diciembre de 2008, con alrededor de 50 años, y que medio año después ascendió a Profesor Titular, para, transcurridos diez días convertirse en Decano de la Facultad de Ciencias del campus de Ourense.
María Ángeles Pascual Sevillano pasa de asociada a catedrática en una oposición plagada de irregularidades. Entre ellas, la que no admite ninguna discusión es el hecho que plagiara el proyecto docente presentado al concurso. La comisión de evaluación, presidida por Luis Miguel Villar Angulo se niega a aceptar el plagio pese a que los originales le son entregados en el concurso por el otro concursante, Guillem Bou. En el recurso contencioso el rector Juan A. Vázquez García dice que no es cosa suya investigar el plagio. En el recurso contencioso-administrativo tenemos dos sentencias curiosas: ambas dan como hecho probado el plagio pero ambas fallan a favor del nombramiento de la plagiadora como catedrática, argumentando no van a discutir lo que la comisión de evaluación resolvió. Que se sepa, ni el Ministerio de Educación ni la Universidad de Oviedo han exigido nunca ni explicaciones ni responsabilidades a los miembros de esta comisión sobre por qué dejan pasar ante sus ojos un plagio académico. Así las cosas, sólo se puede resolver este caso, que se lleva arrastrando desde el 2000 si la propia plagiadora tuviera la decencia de pedir la revisión del concurso o bien la Universidad de Oviedo o el Ministerio de Educación y Ciencia realizaran dicha revisión.
Miguel Amador Guillem. Primero se presenta un recurso contra este profesor porque la brillante lección magistral que ha presentado en la segunda prueba es, en su práctica totalidad, plagiada de un libro ya existente (90 párrafos). Luego, al investigar, se descubre que su proyecto también es plagio. Posteriormente se descubre que elaboró para los alumnos unos apuntes con su nombre que también eran plagiados. Más tarde, en los materiales de su asignatura de máster también hay plagio. Sin embargo, este profesor tiene grandes amigos que justifican lo hecho y resuelven a su favor, como el rector de la Universidad Autónoma de Barcelona, Carlos Solá Ferrando, o como el catedrático José Montané Capdevila o el vicerrector de la Universidad de Barcelona, Antonio Sanz, que declara a su favor en el juicio por plagio justificando su acción. Con tales relaciones, buen exponente de la dinámica de la vida académica, no es sorprendente que con posterioridad suceda que se le haya nombrado Vicedecano de Calidad de la Facultad de Educación de la Universidad Autónoma de Barcelona.
María Isabel Arenas Jiménez no sólo concursa con una comisión parcial sino que, además, tiene el valor de plagiar el proyecto docente de la otra candidata. La comisión del concurso es tan parcial que, a documentos iguales, adjudica notas absolutamente diferentes. Obviamente, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid encuentra sobrados motivos para anular el concurso y CONDENAR CON COSTAS a la Universidad de Alcalá de Henares (la corrupción, como siempre, la pagamos todos). Así las cosas, la Universidad de Alcalá de Henares convoca un nuevo concurso y consigue que, nuevamente, lo gane la profesora plagiadora.
La UNED ha convocado plazas cuyos méritos son baremados de acuerdo a un perfil general y, posteriormente (aquí está la trampa), según unos criterios específicos que se informan toda vez que se conoce el perfil de los potenciales candidatos. Es decir, primero son los candidatos y posteriormente, según quien les guste, vienen los criterios.
El rector de la Universidad Rey Juan Carlos, Fernando Suárez, acusado de haber plagiado hasta en diez de sus publicaciones, también copió parte de su tesis doctoral de un catedrático de Historia del Derecho al que no citó. Según las comprobaciones que ha podido hacer Crónica, la máxima autoridad de la universidad pública incluyó en su tesis Génesis de una institución colegial: La Congregación y Colegios de Abogados de la Corte de Madrid (1596-1732) al menos 50 párrafos de 21 páginas distintas del libro El Ilustre Colegio de Abogados de Madrid (1596-1996), de Rogelio Pérez Bustamante. Lo curioso es que Suárez llega a dedicar el libro que recoge la parte esencial de su tesis al autor plagiado, quien fue presidente del tribunal que aprobó aquella tesis doctoral parcialmente copiada. «A Rogelio Pérez Bustamante sin cuyo apoyo este libro no habría visto la luz», llega a escribir Suárez en su obra junto a su ‘copyright’.
Si rascas un poco en tu universidad es muy probable que encuentres casos similares o más descarados.

Curiosamente la universidad española es una de las más prolíficas en producción científica, la producción científica española entre 2015-2019 asciende a 480.315 documentos, lo que hace que España continúe como el undécimo país según el volumen de producción científica (la mayoría revisiones sistemáticas y metaanálisis). Sin embargo, España no ha tenido un premio Nobel científico desde hace más de un siglo, concretamente desde 1906.